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Crisis política del mundo moderno

Andrés Peñaloza Méndez

Bia`lii, Asesoría e Investigación, A.C.

bialii.2012@gmail.com

En la actualidad las leyes del capitalismo rigen prácticamente en todo el planeta y desde la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991 se ha impuesto la idea de la supremacía del régimen capitalista airoso de los totalitarismos fascistas y comunistas. Esa narrativa empareja extremos de manera maliciosa para encubrir la naturaleza explotadora del mercado y del Estado liberal-conservador. 

En realidad, la tensión entre sistemas antagónicos palpita en la medida en que la forma social de la producción y la apropiación privada de la riqueza producida, siga vigente. Hace un siglo estallaba parte del pulmón del capital con la revolución y la creación del estado soviético; con toda nitidez se advertía la pugna entre “un régimen que se agota y otro que pugna por nacer” en la línea del análisis marxiano-gramsciano.

Quizá para algunos resulte atrevido sostener en estos días que la crisis política del mundo moderno esta signada por la contradicción entre dos sistemas antagónicos. El libro Crisis política del mundo moderno, publicado por Uruk Editorial (2020), del periodista brasileño-costarricense Gilberto Lopes, lo hace. Lo documenta a través de un periplo por el siglo XX hasta nuestros días, por este mundo moderno que el autor identifica con el capitalismo, modalidad histórica de propiedad privada de los medios de producción sobre cuya base se edifica un orden político, social y cultural tendiente a la deshumanización barbárica. 

Gilberto Lopes, estirando críticamente el análisis y planteamientos de la Escuela de Frankfurt, advierte que el dominio de la razón ilustrada sobre la naturaleza -convertido en verdad- exhibía el carácter totalitario de la Ilustración relacionándose “con las cosas como los dictadores con los seres humanos” (Lopes, 321).

En su Dialéctica de la Ilustración Max Horkheimer y Theodor Adorno, que Lopes toma como uno de los hilos conductores de su estudio, se apunta a la autodestrucción de la Ilustración:

“No albergamos la menor duda -y esta es nuestro petitio principii– de que la libertad en la sociedad es inseparable de su pensamiento ilustrado. Pero creemos haber descubierto con igual claridad que el concepto de este mismo pensamiento, no menos que las formas históricas concretas y las instituciones sociales en que se halla inmerso, contiene ya el germen de aquella regresión que hoy se verifica por doquier”. (Horkheimer y Adorno, 53).

De diversos ámbitos y maneras, incluidos el teológico y el político, se ha pretendido relanzar la revolución cultural ilustrada, en franca crisis histórica, pero con gran potencial y penetración coyuntural, vía la alianza entre fe y razón. 

Al interior de la Escuela de Frankfurt se suscitó un debate, hoy casi olvidado, sobre el capitalismo de Estado el cual es rescatado por Gilberto Lopes, donde se examina si el capitalismo fue trascendido por la estatización económica del nacionalsocialismo desmantelando las leyes del mercado. Franz Neumann interpreta en su Behemoth que el nazismo significó un capitalismo extremo, radicalizando la concentración y centralización monopolista. En rigor, prevaleció la esencia del orden capitalista, previo y ulterior a la orgía criminal nazifascista. 

Lopes destaca una idea iluminadora, bajo una bella y atinada fórmula, expresada en Dialéctica de la Ilustración: “con la expansión de la economía mercantil burguesa, el oscuro horizonte del mito era iluminado por el sol de la razón calculadora, bajo cuyos gélidos rayos maduraban las semillas de la nueva barbarie” (Horkheimer y Adorno, 84).

Bastaría reflexionar acerca de los cambios políticos en México para interesar la lectura completa del texto Crisis política del mundo moderno; interrogarse sobre la vigencia y pertinencia de colocar como idea rectora para el análisis de la crisis política, la confrontación entre dos sistemas históricamente opuestos desarrollada con filigrana y erudición por Lopes. 

Para el público mexicano, es de especial interés este libro si se quiere ampliar el horizonte de análisis de la transformación política en curso y sus posibles derivas.

En la narrativa dominante se apela frecuentemente a la disputa decimonónica entre liberales y conservadores, continuidad del movimiento cultural ilustrado surgido en el siglo XVIII. Sin duda, su fuerza pedagógica e ideológica acrecienta la esperanza de avanzar en el bienestar social y en la recuperación de soberanía. Sin embargo, los límites y riesgos planteados por la Dialéctica de la Ilustración siguen presentes. De ahí la necesidad de encontrar otras miradas.

Contrastando dos visiones: la de la Escuela de Frankfurt y la del escritor costarricense Vicente Sáenz (1896-1963), Gilberto Lopes, encuentra otra mirada de la crisis política del mundo moderno, una perspectiva desde la periferia del sistema y de los que padecen el dominio imperialista estadunidense al tiempo en que Horkheimer y Adorno reflexionaban sobre las derivas de la ilustración. El intelectual tico desarrolló en los mismos años su visión sobre la crisis política del mundo moderno como transición del capitalismo al socialismo. 

Vicente Sáenz pasó décadas de su vida y hasta su fallecimiento en nuestro país, hecho reflejado en muchas de sus reflexiones, prácticamente olvidadas, pero tan útiles e inspiradoras para profundizar en la transformación social en curso.

Gilberto Lopes, a quien tuve el gusto de acompañar a la biblioteca de la Universidad Obrera de México en el centro histórico de la ciudad de México, donde todavía se pueden consultar algunas de las publicaciones de Sáenz, resalta la admiración del político centroamericano hacia el plan sexenal de Lázaro Cárdenas, el reparto agrario, la expropiación petrolera, la promoción de la organización social y de las conquistas proletarias, como ejemplo, de los esfuerzos hacia la construcción de un nuevo orden cuyo centro es la transformación de la democracia a partir de la recuperación soberana y aprovechamiento de nuestros enormes recursos en beneficio de su población. (Lopes, 302).

El “nacionalismo económico defensivo” propuesto por Sáenz incluía “salarios y prestaciones justas a los trabajadores de las empresas concesionarias norteamericanas, sin que se hable por ello de ideas exóticas o de comunismo. Impuestos equitativos, en fin, sobre utilidades del capital monopolista que explota nuestras riquezas naturales. (Sáenz, Auscultación hispanoamericana, 48).

Si quisiéramos mirar el debate político de nuestros días, nos dice Gilberto Lopes, podríamos leer la sugerente propuesta del entonces ministro de Hacienda y hoy presidente de la República Plurinacional de Bolivia, Luis Arce Catacora: “El secreto fueron las nacionalizaciones. Nosotros nacionalizamos, entonces la plata quedo en Bolivia y la disfrutamos”. En su reciente visita oficial a México el presidente boliviano, reiteró que el modelo socio-comunitario productivo se sigue basando en las nacionalizaciones emprendidas durante los gobiernos encabezados por Evo Morales.

Para evitar que la razón instrumental utilitarista siga sembrando desazón, la razón crítica debe apuntar a la recuperación soberana y sustentable de la riqueza natural a favor del buen vivir de la población, lo cual necesariamente pasa por reformas constitucionales y no cambios jurídicos circunscritos en el orden secundario o reglamentario. 

SIC mx

Bibliografìa:

Lopes, Gilberto, Crisis política del mundo moderno. Uruk editores, Costa Rica, 2020.

Horkheimer, Max y Adorno, Theodor, Dialéctica de la Ilustración, Trotta, España, 2016.

Sáenz, Vicente, Auscultación hispanoamericana, Ediciones Humanismo, México, 1954.

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