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Dignificar los salarios mínimos profesionales para las personas trabajadoras en actividades agrícolas, ganaderas, forestales, caza y pesca.

Por: Andrés Peñaloza Méndez

En la pasada Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), cuya sede desde hace 45 años, es el hermoso edificio de estilo neoclásico construido entre 1797 y 1813 y ubicado en la plaza Manuel Tolsá en el centro histórico de la ciudad de México, encontré un libro, ampliamente recomendable, editado por el Colegio de Sonora intitulado Salario digno en el poblado Miguel Alemán de la Costa de Hermosillo, Sonora.

Los autores Álvaro Bracamonte Sierre, Humberto García Jiménez y María del Socorro Arvizu reportan que

(…) la región agroexportadora de la costa de Hermosillo, registra más del 50% de las exportaciones agrícolas de Sonora, altos niveles de rentabilidad y emplea una tercera parte de los jornaleros agrícolas del estado, también posee como rasgo característico el pago de salarios que están por debajo de la línea de pobreza rural, con negociaciones sindicales que parecen contratos de protección a favor de los empleadores y con condiciones de alta marginalidad social.[1]

Acotada la extensión territorial del estudio de caso, los investigadores del Colegio de Sonora, plantean el concepto de salario digno, sugerido por Richard Anker y Martha Anker, definiéndolo como la

(…) remuneración mensual recibida por un jornalero agrícola por ocho horas de trabajo, suficiente para proporcionarle un nivel de vida decente (digno) a su familia, el cual incluye alimentos, vivienda, educación, cuidado de salud, transporte, ropa y la provisión para eventos inesperados, además de otras necesidades esenciales.[2]

He puesto en negritas parte de la anterior cita para subrayar que las definiciones clásicas de salarios mínimos y sus derivas como salario digno, decente, vital, entre otros, suelen marcar el alcance familiar de la cobertura de necesidades, con la remuneración básica recibida por un(a) trabajador(a).

Los académicos sonorenses cuantificaron para el año 2020, en $20,571.82 pesos (980 dólares), los “costos totales del hogar al mes para el nivel de vida básica pero decente”.

Foto: Internet

Por consiguiente, el salario digno debería ubicarse en $685.73 pesos al día; 457% por encima del salario mínimo general (smg) que en 2020 era de $123.22 pesos al día. En sus planteamientos, los autores también dividen el “número de trabajadores equivalentes a tiempo completo por pareja” (1.82) y “tamaño de familia de referencia” (3.89), deduciendo que el salario

digno necesario al mes equivalía a $11,303.20 pesos (538 dólares); es decir, $376.77 pesos, monto superior en 206% al smg.

En la costa de Hermosillo, las fincas agroexportadoras a través de la remuneración contractual ($174.55 pesos) y los salarios mínimos integrados ($235.67), pagan encima del mínimo legal, pero por debajo de los salarios dignos.

Las interrogantes planteadas en el libro en comento, es cómo y cuánto se deben subir los salarios para los jornaleros agrícolas considerando la heterogeneidad salarial derivada del tipo de cultivo, de las funciones y labores realizadas, de los ciclos de siembra y cosecha. Los investigadores proponen transitar de la determinación de un salario mínimo hacia la fijación de un salario digno que satisfaga las necesidades familiares de alimentación, vivienda, educación, salud y transporte.

En nuestra óptica, es la ruta constitucional para fijar salarios mínimos.

Salario mínimo profesional para jornaleros agrícolas

Luego de intensas gestiones dentro y fuera del gobierno y el desmantelamiento de pretextos, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos se vio obligada a fijar, para el año 2021 el salario mínimo profesional para jornaleros agrícolas, estableciéndolo en $160.19 pesos y en $213.39 pesos (en la Zona Libre de la Frontera Norte -ZLFN- que solo cubre 44 municipios fronterizos)

Dichos montos muy alejados a los $300.00 pesos propuestos en ese entonces por las organizaciones sociales y sindicatos agrícolas. También distantes de los $174.55 y $235.67 pesos, pagados en la costa de Hermosillo, mediante los salarios contractuales e integrados.

En el año en curso el salario mínimo profesional para las personas jornaleras es de $281.42 pesos. En los municipios que integran la ZLFN el monto es de $374.89 pesos.

Cantidades remotas a un salario digno equivalente, a nuestro parecer, al salario mínimo constitucional, estimado en 750 pesos al día y que el peso ideológico neoliberal, lamentablemente, arrastrado por muchos tomadores de decisiones, les suena demasiado. No escuchan el crujir de tripas engañados por la desnutrición obesa transgénica y chatarra tampoco el rechinar de su conciencia refrenada por sus intereses egoístas y cultura aspiracionista regateando al más necesitado.

Bastaría recordar que 750 pesos de salario mínimo constitucional en México, representaría menos del 15% de lo que gana una persona trabajadora, durante una jornada de ocho horas, en el estado de California, en Estados Unidos.

Vale la pena hablar, en estos tiempos de cortedad de miras, del espíritu de lucha y constructor del zapatismo, expresado en la recuperación de sus tierras comunales, libertades y mejoras en las condiciones laborales expresadas en incrementos salariales y reducción de la jornada de trabajo conquistadas en el primer tramo del siglo XX y que hoy son escamoteadas, negándose a aprobar la iniciativa que estable la jornada laboral en 40 horas a la semana.

A vuelta de siglo, despojos de territorios y apropiación privada de bienes comunes; violencias, precariedad laboral y miseria dominan al sector primario de la economía. Emiliano Zapata señaló que “El burgués, no conforme con poseer grandes tesoros de los que nadie participa en su insaciable avaricia, roba el producto de su trabajo al obrero y al peón”, revertir esta situación obliga a “morir siendo esclavo de los principios”; descreer de pragmatismos utilitaristas y de la “buena voluntad e intenciones” de personeros y segmentos de la burguesía progresista (el maderismo en su momento) pero sobre todo, del componente conservador y más voraz de la clase dominante, la oligarquía financiera y con ellos, sus pajes neolatifundistas.

Salarios mínimos profesionales dignos para las personas trabajadores en actividades agrícolas, ganaderas, forestales, caza y pesca

Definir adecuadamente los salarios mínimos profesionales para la fuerza laboral en actividades agrícolas, ganaderas, forestales, caza y pesca, es una tarea fundamental para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de las 3 millones 900 mil personas trabajadoras en este sector.[3]

Con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo al cuarto trimestre de 2023, destacamos algunas de sus características:

En términos de promedio, el salario mensual fue de $3,240 pesos (88.2% hombres con un salario de $3,190 pesos y, 11.8% mujeres con salario de $3,600 pesos); trabajan 5.48 días a la semana; edad de 48.1 años y el 10.1% se ocupa en un segundo trabajo derivado de los magros ingresos a pesar de las extenuantes e intensas jornadas.

El 80.9% de las personas trabajadoras están en la informalidad (3 millones 160 mil) y ganan prácticamente la mitad de las personas trabajadoras formales ($2,670 contra $5,650 pesos).

SIC mx

Atención especial tendrá que darse en los ocho estados (Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Puebla y Guanajuato) donde se concentra el 62% de la fuerza de trabajo del sector primario de la economía para proteger derechos laborales básicos, alentar la formalidad en el trabajo y la mejora salarial.

El compromiso es acompañar y sumar esfuerzos para la organización independiente y combativa del proletariado del sector agrícola, ganadero, forestal, caza y de pesca, condición y eje para el abatimiento del empobrecimiento, la preservación de los bienes comunes, la propiedad social y comunitaria; así como, la pacificación para el buen vivir.


[1] Bracamonte, García y Arvizu, p. 117

[2] Bracamonte, García y Arvizu, p. 119

[3] En otro texto abordaré aspectos imprescindibles a considerar para definir y mejorar los salarios mínimos profesionales, pero adelanto uno de ellos, el de los riesgos en el trabajo. El Dr. José Eduardo Calvario Parra, profesor-investigador del Centro de Estudios en Salud y Sociedad del Colegio de Sonora, en su investigación “Análisis de los casos de urgencia en servicios de salud en población jornalera: las afectaciones por exposición a las temperaturas extremas, 2019-2023”, reporta que en la temporada de calor del año 2023 se registraron 198 muertes en todo el país debido a la exposición al calor excesivo, con 21 días de junio como los más críticos. En Sonora se contabilizaron 118 fallecimientos, lo que representa un 34% del total de muertes ocurridas en la región entre 1998 y 2019. Liga: https://www.colson.edu.mx/nota.aspx?nx=5574 (consulta 15/03/2024).

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