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DESARROLLADORES VS EJIDATARIOS

Por: Agustín Escobar Ledesma

Desde diciembre de 2023, una calle de Querétaro, lleva el nombre “Avenida Doctor Víctor Mena”, en reconocimiento a una trayectoria de más de treinta y cinco años, en el desarrollo inmobiliario, del grupo Desarrollos Residenciales Turísticos (DRT).

En el homenaje al doctor Víctor David Mena Aguilar, participaron el gobernador, Mauricio Kuri y el presidente municipal, Luis Nava, quienes elogiaron al desarrollador que, en Querétaro, ha urbanizado treinta millones de metros cuadrados en el ámbito habitacional, diez millones en el sector industrial y ochocientos mil en el desarrollo comercial, de servicios y oficinas (Diario de Querétaro, 7.12.2023).

Y es que, ante el intenso crecimiento industrial y la disparada demanda de vivienda de nuestra entidad, algunos de los desarrolladores inmobiliarios se han convertido en auténticos reyes Midas, porque las tierras ejidales que tocan, las convierten en fraccionamientos de oro.

Recordemos que, desde 1991, debido al decreto de Carlos Salinas de Gortari que modificó el artículo 27 constitucional, la propiedad comunal y ejidal, que pertenecía a la nación, fue privatizada, quedando al alcance del mejor postor, por lo que, los desarrolladores inmobiliarios, desde entonces, aprovechan las ingentes necesidades del sector campesino.

Con la ley de su lado, los desarrolladores inmobiliarios, no sólo infiltran los núcleos agrarios para obtener terrenos, sino que también lo hacen con los partidos políticos, para, desde el poder, lograr los cambios de uso de suelo.

En el caso de los ejidos, se infiltran y los dividen, convirtiéndose ellos mismos en ejidatarios ante el Registro Agrario Nacional, casi siempre con la anuencia del comisariado ejidal, a quien convencen de aceptarlos, de manera poco ortodoxa.

Una vez dentro, con dinero de por medio, dividen a los campesinos, comprando el metro cuadrado de tierra ejidal, en cantidades que van de los cien a los doscientos pesos; después acuden con algún notario público para registrar las parcelas a su nombre y, enseguida presentan ante el cabildo municipal, la solicitud del cambio de uso de suelo, de agrícola a habitacional o industrial.

En la estrategia del despojo, como es evidente, los desarrolladores inmobiliarios se alían con notarios públicos, funcionarios federales del Registro Agrario Nacional, funcionarios estatales de las secretarías de desarrollo sustentable y funcionarios municipales, para el cambio de uso de suelo.

Una vez con las correspondientes autorizaciones, los desarrolladores inmobiliarios lotifican las antiguas parcelas ejidales, vendiendo el metro cuadrado en un promedio de tres mil pesos.

Por esta razón, sus ganancias son estratosféricas y, aunque existen rumores que los desarrolladores inmobiliarios, aportan ingentes cantidades de dinero a políticos en campaña, para que una vez en el poder, les concedan los cambios de uso de suelo que necesitan, esto no ha sido posible de documentar.

En el caso del doctor David Mena, además de ser el desarrollador inmobiliario más poderoso de Querétaro, con su empresa Desarrollos Residenciales Turísticos, también es ejidatario, porque pertenece o ha pertenecido a los ejidos queretanos en los que ha desarrollado sus proyectos.

DRT es la empresa inmobiliaria encargada de diversos conjuntos habitacionales, entre los que se encuentran Zibatá, El Refugio, El Mirador, Zakia y Cumbres del Cimatario, así como el centro comercial Antea, el Uptown Juriquilla y diferentes parques logísticos e industriales, como el Amexhe Industrial Park.

En 2016, el doctor Víctor Mena en compañía de su hijo Víctor Mena Farid y la familia Oleszcovski, presentaron el proyecto “Querétaro Business Park”, ante empresarios, funcionarios públicos y desarrolladores que se dieron cita para conocer las amenidades de la primera torre de dicho proyecto.

Al evento acudieron Antonio del Prete, Secretario de Desarrollo Sustentable, Francisco Domínguez Servién, gobernador del Estado y Marcos Aguilar, presidente Municipal.

“Querétaro está en un momento muy importante de su historia, la ciudad está teniendo un crecimiento económico, lo atractivo de Querétaro ha llamado la atención para diferentes familias de otros estados, por ello representa un reto”, señaló en aquel momento Marcos Aguilar.

Después del protocolo, los invitados pudieron conocer más a detalle el lugar a la par de degustar canapés y bocadillos, con la ambientación de algunos árboles portátiles, sillones glamurosos, flores naturales y un cielo totalmente despejado.

En aquel mismo año, de acuerdo a una nota de Tribuna de Querétaro, publicada el 16 de mayo de 2016, Víctor David Mena Aguilar, apareció en los llamados Panama Papers, como accionista de Esprit Maritime Limited, creada en 2002 en las Islas Vírgenes Británicas.

Recordemos que este tipo de empresas fueron establecidas en paraísos fiscales, para ocultar la identidad de sus propietarios quienes lavan dinero, eluden sanciones y evaden impuestos.

Además, el doctor Víctor David Mena Aguilar, no sólo aparece o ha aparecido en las listas de algunas comunidades agrarias de Querétaro, sino también en las de otras entidades, tales como Yucatán, en donde, desde diciembre de 2015, además de él, también figura, David Rodrigo Mena Nader, en la relación de ejidatarios de Seyé, municipio del mismo nombre.

Seyé, está a media hora de distancia de la ciudad de Mérida, lugar por el que pasa el Tren Maya, proyecto ferroviario del gobierno federal, para impulsar el crecimiento y el desarrollo del sureste del país.

De acuerdo a la información del Sol Yucatán, del 17 de junio de 2022, un grupo de empresarios de aquella entidad, en complicidad con comisariados ejidales, realizaron asambleas ilegales que, después notarios públicos falsificaron, en núcleos ejidales de los municipios de Celestún, Valladolid y Seyé, apropiándose de ciento diez mil hectáreas de los agraristas yucatecos.

Las huellas para despojar a los ejidatarios de sus parcelas, no sólo están en los periódicos, también quedan registradas en las gacetas municipales y en los periódicos oficiales de los gobiernos de los estados. Ahí están consignadas las relaciones de los desarrolladores inmobiliarios, con notarios y funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno.

Un ejemplo lo encontramos en La Sombra de Arteaga, que consigna que el 31 de enero de 2003, el Secretario del Ayuntamiento de Querétaro, Maximiliano García Pérez, certificó la autorización para venta de lotes del fraccionamiento tipo residencial, Palmares I, ubicado en el ejido El Salitre, por una superficie de casi 48 mil metros cuadrados.

El desarrollador inmobiliario de Palmares 1, es el doctor David Mena, representante de la empresa Desarrollos Residenciales Turísticos, cuya escritura púbica fue notariada por Jesús Rodríguez Hernández, titular de la Notaría Pública 34.

Maximiliano García Pérez, fue panista y secretario de gobierno, durante la administración del panista, Rolando García Ortiz y, actualmente, también es desarrollador inmobiliario, notario público y, ahora, afiliado al partido Morena, por segunda ocasión, pretende la candidatura de la presidencia municipal de Querétaro.

En el caso de Jesús Rodríguez Hernández, antes de ser notario público, fue diputado local, diputado federal y presidente municipal de Querétaro, en el trienio 1994-1997, por el Partido Revolucionario Institucional.

Finalmente, por paradójico que parezca, el doctor Víctor Mena, es vocal del Fideicomiso Queretano para la Conservación del Medio Ambiente, organismo que, en el papel, pero sólo en el papel, tiene como objeto salvaguardar y conservar el capital natural del Municipio de Querétaro, garantizando su inmutabilidad, sostenibilidad y desarrollo, para beneficio del medio ambiente y la calidad de vida de los queretanos.

SIC mx

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