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Las abejas obreras

Por: Andrés Peñaloza Méndez

Las abejas obreras son la base mayoritaria de la colmena

Ocurre con nuestra clase proletaria, salen todos los días a polinizar las flores y recoger polen de la que obtienen proteínas y los carbohidratos del néctar. Al año, una colmena puede recolectar 50kg de polen y 200kg de néctar.

Cuando cargan en su buche mielario lo libado, recorren largas distancias, con su aleteo a ritmo de 16,000 veces por minuto y vuelo de 32 km/hr o 19 km/hr.

Su labor, se extiende a la elaboración de papilla real que sirve de alimento a la abeja reina; asean la colmena y fabrican los panales de cera. También son guerreras, usan su aguijón para proteger la colmena de invasores e inminencia dañina cualesquiera.

Junto a murciélagos, aves y otros vertebrados e innumerables insectos (algunas especies de moscas, mariposas, polillas, avispas, escarabajos, tisanópteros), las más de 20,000 especies de abejas (en nuestro país habitan cerca de dos mil) polinizan verduras, frutas y nueces coadyuvando a regular los ecosistemas en los territorios.

Alrededor del 90% (aproximadamente 308 mil especies) de las fitoespecies florales silvestres del orbe dependen parcialmente de la transferencia de polen por los animales. Dichas plantas son vitales para el metabolismo de los ecosistemas al aportar alimentos, conformar hábitats y proveer recursos para una amplia variedad de otras especies. Permiten la propagación y producción de más de 60% de todas las plantas cultivadas.

Entre el 5% y 8% de la producción agrícola mundial se atribuye directamente a la zoopolinización; pero es toral para la producción de casi el 70% de los cultivos usados directamente para consumo humano y en particular, en el rendimiento de aproximadamente 87 cultivos vitales para la alimentación. La polinización, sin embargo, es socavada peligrosamente por el uso desmedido de pesticidas y el achicamiento de su hábitat.

Bzz, Bzz, aleteos en superficies colectivas

En nuestro país el 96% de las 595,213.81 hectáreas de superficie dedicada a actividades apícolas cubre territorio maya (Campeche, Chiapas, Quintana Roo y Yucatán).

En el ámbito nacional, el 83% de la superficie apícola es colectiva (ejidal, 82% y comunal, 1%) predominando la población indígena; el resto 17% (98,841.08 hectáreas), es propiedad privada (ver cuadro 1).

Cuadro 1

Fuente: Elaboración propia con datos del Atlas Nacional de las Abejas y Derivados Apícolas.

Atlas Nacional de las Abejas y Derivados Apícolas

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en coordinación con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), y la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, de la Universidad Nacional Autónoma de México, presentaron el pasado 17 de abril, la actualización 2024 del «Atlas Nacional de las Abejas y Derivados Apícolas».

Algunos datos resaltados son los siguientes:

México se ubica entre los diez principales productores de miel en el mundo; su producción anual promedio en el último decenio fue de 59 mil toneladas de miel; Yucatán, Campeche, Jalisco y Chiapas generan más de 40 % de la producción apícola.

Más de la mitad de la miel es exportada, 34.5 mil toneladas promedio anual (promedio para el periodo 2011-2022); por este concepto se obtiene un ingreso anual promedio de 110 millones de dólares. Los principales mercados son Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Arabia Saudita y Reino Unido.

El consumo interno de miel per cápita anual es ínfimo, osciló entre 163 y 280 gramos, en el periodo 2011-2022. En Alemania el consumo es de 1.4 kilogramos por persona al año y en los Estados Unidos de 800 gramos.

Triplicar su consumo nacional es además de deseable, factible en el corto plazo, siempre y cuando se apoye adecuadamente. Llevar la miel y sus derivados a escuelas y hospitales contrarrestaría golosinas chatarra y detonaría la producción (62,072 toneladas de miel y existencia de 2.23 millones de colmenas en 2021), todavía por debajo de lo alcanzado hace 38 años (1983: cerca de 70,000 mil toneladas de miel y existencia de 2.69 millones de colmenas).

El establecimiento de mecanismos de comercialización públicos, con participación directa de apicultores, es fundamental para estabilizar el precio al productor(a).

Con ello se atenuaría sustancialmente los vaivenes en los precios, dañinos al productor. En la península de Yucatán, en el año 2022 el precio osciló entre 45 y 62 pesos kilo de miel orgánica en campo. A la venta, dependiendo del mercado, entre 80 y 85 pesos.

El año pasado (2023) el precio cayó en campo a 30 y 36 pesos y para exportación entre 57 y 68 pesos kilo. El fortalecimiento del peso, afecta al sector exportador, al recibir 20 pesos por cada dólar exportado en 2022 y pasar a 17 pesos en 2023.

La situación en lo que va de 2024, puede ser peor, nos reportan cooperativistas peninsulares. En los primeros meses, el precio en campo por kilogramo de miel fue de 18 pesos y ahora anda entre 25 y 28 pesos. Abril y mayo son meses de cosecha y los apicultores esperan alzas en los precios. Para el caso de la miel convencional, el precio es inferior en 10 a 15 pesos al de la miel orgánica.

Empleo y salarios en la apicultura

Para el año 2023, la apicultura empleó a 48 mil apicultores, distribuidos principalmente en Yucatán, Campeche y Chiapas.

La actividad recae fundamentalmente en labores no monetizadas por parte de los integrantes de hogares y comunidades.

Sin embargo, de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), se desprende la presencia de fuerza laboral asalariada de 9 mil 670 personas cuyo salario promedió los $2 mil 290 pesos, monto 40% menor al salario promedio de la población ocupada del país.

La precarización salarial en la apicultura, es más reveladora si se compara con el salario promedio de la población ocupada formal ($7 mil 350 pesos mensual) pues las personas trabajadoras en la apicultura perciben la mitad (52%) pero aquellas que lo hacen en la informalidad, el 73% de la fuerza de trabajo, perciben apenas poco más de una quinta parte (23%), ver cuadro 2.

Cuadro 2

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

Conclusiones

Y esa abeja era nuestra amiga, Maya

Fresca, bella, dulce, abeja Maya

Maya, vuela sin cesar

En su mundo sin maldad

No hay problema que no solucione Maya,

la pequeña y dulce abeja Maya.

Florian Cusano y Karel Svabada

Lo pequeño es hermoso, inmensidad acumulada. Para producir un kilo de miel las abejas tienen que visitar en promedio 4 millones de flores.

Mejorar sustancialmente la actividad apícola, donde el principal aprovechamiento es la miel; pero no el único: de las abejas se obtienen productos como jalea real, cera y veneno; se procesa el polen y los propóleos. Las colmenas nos brindan fuentes proteicas, energéticas, elementos nutricionales, protección, refugio y alternativas para el control de enfermedades y para el mantenimiento de equilibrios ecológicos.

Más allá de visiones totalitarias, supremacistas y jerárquicas con las que fascistas han interpretado el mundo de las abejas, el comportamiento de estos seres refleja la diversidad, armonía, potencia, pero también la fragilidad de la naturaleza.

La serie televisiva japonesa Las aventuras de la abeja Maya, inspirada en el libro publicado en 1912 por el escritor alemán Waldemar Bonsels, vista por millones de personas por el orbe, despertó además de sonrisas sentimientos de amistad, fraternidad y preocupación por la naturaleza.

Ahora es el momento de que nos sellen nuestras planas, manos y frentes con la abeja “que sí trabaja y bien”, como en los párvulos años escolares.

La oportunidad, se presenta sí contribuimos a favorecer la organización y luchas de los apicultores, la lucha de comunidades y ejidos. Hacerla propia, se nos va la vida en ello. Salvar a las abejas, es salvar al planeta. Por ende, emprender programas pilotos en los ámbitos municipal, estatal y federa, es un imperativo de sustentabilidad y de justicia laboral.

Con decisión pública y activa participación de abejeros, en plazo corto (un semestre o máximo un año) se pueden incorporar en un programa piloto a 10 o 15 mil apicultores ejidales y comunitarios que no han monetizado su labor. Además de recibir transferencias directas, equivalentes a dos salarios mínimos mensuales, por custodiar saberes y soportar equilibrios ecológicos (sobrada justificación), tendrían financiamiento y acompañamiento de personal calificado para desarrollar e incorporar tecnologías sustentables, formación ecológica y comercialización de una producción cada vez más diversificada, con valor agregado y orgánica.

Al igual que la fuerza laboral asalariada, gozarán de seguridad social (inscripción al Instituto Mexicano del Seguro Social).

Erradicar la informalidad en las labores apícolas. Los más de siete mil personas en esta condición deben ser contratadas conforme a ley.

La creación de una estructura de salarios mínimos profesionales para las actividades agropecuarias forestal, debe incluir la apicultura, cuyas labores deben, de ser necesario, subsidiarse proporcionalmente al pagado por el empleador y con ello garantizar montos por arriba de dos salarios mínimos.

Comprender que el mejoramiento de las condiciones de trabajo son condición para la sustentabilidad, la justicia social, la productividad, la soberanía alimentaria y el buen vivir, es imprescindible para la disputa de proyectos de nación entre el pueblo trabajador y la burguesía.

SIC mx

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