Duplicar los salarios mínimos. Se hizo en 2018 en la ZLFN ahora toca hacerlo para el resto del país.
Cuatro quintas partes de los 5.1 millones de personas que superaron las líneas de pobreza,resultado de las alzas salariales a los mínimos.
Por: Andrés Peñaloza Méndez
Se machaca, dentro y fuera del gobierno, principalmente por la patronal y las burocracias sindicales corporativas, que el poder adquisitivo de los salarios mínimos se recuperará el 100% al cierre del sexenio. Afirmaciones reputadas insultantes. Aducen, la finalización de los incrementos de dos dígitos. Lo que sigue, ajustar las fijaciones salariales al índice inflacionario; acaso, adicionarles uno o dos puntos. Esto puede generar confusión y un deslumbramiento que oscurece el futuro.
La pura luz es la pura oscuridad, diría un clásico. Antes del arranque de la presente administración federal, el salario mínimo apenas representaba una tercera parte de lo que fue. Entonces los 207.44 pesos diarios, monto del mínimo vigente durante 2023, expresa una recuperación del 87.7% en términos reales respecto al salario en 2018 (88.72 pesos) pero no así al salario mínimo real previo al advenimiento del neoliberalismo.
En cambio, el monto del salario mínimo de 312.41 pesos diarios correspondiente a la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN), muestra una recuperación real de alrededor del 190%, aproximándose al salario existente previa a la larga noche neoliberal.
No obstante, los avances, estos deben profundizarse para acércanos al salario mínimo constitucional (estimados alrededor de los 650 pesos diarios).
En consecuencia y para continuar por la ruta de la justicia salarial, la próxima fijación a los mínimos, la última de este gobierno, deberán duplicarse para situarse, en $624.82 en la ZLFN y en 414.88 pesos en el resto del país. Esta decisión es factible en el contexto económico actual. Se pronostica un crecimiento superior al 3% al cierre del año y, halagüeñas perspectivas de expansión hacia adelante, no sólo por mayores flujos de inversión asociados al nearshoring, megaproyectos, remesas sino, sobre todo, por un mayor consumo obrero derivado de las alzas salariales.
Además de las alzas a los mínimos el salario base de cotización promedio de los puestos de trabajo afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se sitúo en agosto de 2023 en los 535.5 pesos; un incremento anual nominal de 10.6%, el segundo más alto registrado de los últimos veintidós años considerando solo el octavo mes y, desde enero de 2019, el salario base de cotización mantiene aumentos anuales nominales iguales o superiores al 6.0%. Desde febrero de 2020, el salario mínimo real ha crecido 38.9%, el salario promedio de cotización del IMSS 11.1% y la masa salarial 18.6%, abonando al consumo interno.
El mercado de trabajo tiene signos positivos con tasas de desempleo bajas, en promedio 2.8% en el curso del año versus el 4.2% de la tendencia previa; tras la pandemia las tasas de crecimiento interanuales de empleo formal registrado en el IMSS, han sido de 4.1%.
De enero a agosto de 2023 se han generado 623,979 empleos; una cantidad 215,980 más que la variación promedio en la última década en similares periodos (407,999). Lo anterior, allana el camino para alinearnos al mandato constitucional y recuperar el poder adquisitivo de los salarios mínimos para una vida sin pobreza y estrechar las brechas en la distribución de la riqueza.
En la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos de los Hogares 2022, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), reporta que 5.1 millones de personas superaron las líneas de pobreza; un 80% resultado directo de los incrementos a los salarios mínimos. En un análisis reciente, David Cervantes Arenillas, asienta que las transferencias por conceptos de “Beneficios provenientes de programas gubernamentales” y “Becas provenientes del gobierno y de instituciones” han perdido peso relativo, incluyendo los deciles de menores ingresos.
En 2016 por cada 100 pesos de ingreso por trabajo de los hogares del primer decil, recibieron 44 pesos por concepto de transferencias gubernamentales (representativas del 4.5% de los ingresos trimestrales de los hogares), para 2020 bajó a 36 pesos. Para los hogares del segundo decil, en 2016 por cada 100 pesos que ingresaban a los hogares por trabajo, recibían 16 pesos por transferencias y para 2022 bajó a 13 pesos. Concluye el analista del BBVA Research México, “la mejora salarial ha tenido mayor efecto sobre la mejora del ingreso de los hogares, por lo que queda demostrado que la mejor política social es la generación de empleos bien remunerados.
Es probable que dado el rezago salarial aún exista espacio para que sigan incrementando, pero indudablemente no será sostenible si no se atienden los problemas estructurales de la economía mexicana; crecimientos salariales sin incrementos de productividad son insostenibles en el mediano y largo plazo”. (1)
Mientras los ingresos por trabajo sea el componente más relevante en los ingresos de los hogares (65.7%) será fundamental fortalecer esta fuente para que el abatimiento del empobrecimiento de millones de hogares. Empleos decentes y bien remunerados es la vía, más allá de coyunturas, para consolidar la tendencia de mejoría en la calidad de vida de las personas.
En consecuencia, duplicar los salarios mínimos para 2024 es central para el bienestar de las familias y alejar a los millones de trabajadores aún próximos o por debajo de las líneas de pobreza. Duplicar el salario mínimo se hizo en 2018 en la ZLFN en condiciones macroeconómicas adversas; paradójicamente y contrario al dogma neoliberal, los resultados fueron contundentemente positivos. Toca ahora hacerlo para el resto del país.
(1) Fuente: https://www.bbvaresearch.com/wpcontent/uploads/2023/09/ArtPrensa_DavidCervantes_21SEP23.pdf
