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Elon Musk, el rostro antisindical del nearshoring.

Por: Andrés Peñaloza Méndez.

Elon Musk, entre el 1% de los ricos

Al 3 de agosto de 2023, Elon Musk, poseía una fortuna de 236 mil millones de dólares, según el índice de multimillonarios de Bloomberg, colocándose como la persona más pudiente del mundo y miembro del club del 1% de los más ricos del planeta.
Un oligarca en sentido leninista: promotor de estructuras monopólicas, del capital financiero y de las exportaciones de capitales; repartidor del mundo bajo el dominio de rentistas y oligarcas financieros; accionistas y bonistas, parásitos del capital monetario, bursátil y financiero; la segmentación de la propiedad del capital y la aplicación de éste a la producción y a la distribución; la separación articulada del capital monetario y el productivo, de patrones y gerentes participantes directos o indirectos en la gestión del capital y en la geopolítica a través de la influencia ejercida en los Estados, dotados de “potencia” financiera.


Entre las muchas empresas donde es inversionista, como SpaceX, enfocada en exploración espacial, y la red social Twitter, está Tesla, uno de los principales fabricantes de automóviles eléctricos, donde posee alrededor del 23% de las acciones mismas que han incrementado su valor en más del 110% en lo que va de 2023.
En 2022, Tesla, fabricó 1,300,000 automóviles eléctricos. La empresa china BYD, ensambló ese año 1,850,000 unidades, entre modelos 100% eléctricos e híbridos conectables superando a la empresa texana. Además, el fabricante chino exhibió una capacidad para escalar la producción de autos eléctricos en 211% mientras Tesla lo hizo en un 40%.
La rivalidad en el mercado de autos eléctricos es intensa y para fortalecer su posición Tesla, rediseña su estrategia contemplando la instalación de plantas cercanas a sus mercados y aprovechando
facilidades estatales y preferencias comerciales pactadas en tratados de libre comercio.
En marzo de 2023 se anunció la construcción de una giga fábrica de Tesla en el parque industrial de Santa Catarina, en Nuevo León. Además del ensamblado de automóviles, se estudia la factibilidad
de producir motores eléctricos y baterías. La inversión comprometida es de alrededor de 5,000 millones de dólares.


Del gozo al pozo
Tras el anuncio de la edificación de la giga fábrica en Nuevo León, “evidencia” del nearshoring provocó que el entusiasmo escalara. Hay quien asegura que el nearshoring se asemeja a la entrada
en vigor del TLCAN en 1994 y a la reforma energética de 2013, cuando se reportó una histórica inversión extranjera directa de 35,188 millones de dólares, un 178% más que lo registrado en 2012.
Pero como se recordará tanto la entrada en vigor del TLCAN y la contra reforma energética pasaron del gozo al pozo. La inanidad verbal dirigida a subrayar la “oportunidad de carácter histórico” y el
“Mexican moment” por la relocalización industrial lo único que acierta es a elevar los pronósticos de los beneficios, como el aumento de las exportaciones de México entre 75,000 y 200,000 millones
de dólares.
Prácticamente toda la clase política y la elite económica es favorable para que el nearshoring venga a México, brindando las facilidades pertinentes. La derecha apura en retomar las privatizaciones y transnacionalización de la economía bajo la farsa siniestra de que la relocalización necesita de energías limpias, agua, “capital humano”, infraestructura, y certeza jurídica. Que la infancia aprenda inglés y computación como eje de su preparaciòn. En las izquierdas, algunos aciertan a matizar su entusiasmo con un llamado a velar por el bienestar y la inversión hacia el sureste, pero en todos, es difícil hallar propuestas consistentes para desatar una industrialización soberana y encadenamientos productivos internos que permitan multiplicar y socializar los beneficios de las inversiones extranjeras.
A propósito de la giga fábrica de Tesla en Shanghai, que registró un volumen global de entrega de 476.500 unidades en la primera mitad de 2023, equivalente a dos terceras partes de su volumen total de entrega de 2022, debe destacarse, la capacidad que tiene el mercado local chino para suministrar más del 95% de las piezas de los autos. Hecho sobresaliente y pauta a seguir para
México.


La expansión china de Tesla
Contrario a lo que se piensa Tesla sigue expandiéndose en China. Mientras se inician los trabajos para la edificación de la giga fábrica en Nuevo León, prevista consuma un máximo de 16 meses; menos tiempo que los 22 meses requeridos para instalar la fábrica en Berlín, Alemania (2022), pero no los nueve meses que llevó la construcción de la planta en Shanghai, China (2019), Elon Musk
visita al gigante asiático y anuncia diversos acuerdos, entre ellos la expansión de sus negocios en ese país.
Ya en abril de 2023, Tesla anunció otra gran inversión en Shanghai; la construcción de una nueva mega fábrica dedicada a la manufactura del producto de almacenamiento de energía Megapack. La
nueva fábrica producirá inicialmente 10.000 unidades de Megapack y paulatinamente incrementará su producción anual.


China, sigue revelando que no es porfiando con la baratura del costo laboral como se obtienen oportunidades para la expansión económica. No basta “presumir” que el costo de la mano de obra mexicana inferior a la china (en la frontera norte en promedio se gastan 372 dólares mensuales por la mano de obra, mientras que en China son 379 dólares); o que aquí se trabaja 12% más que en China, con 48 horas a la semana y que las liquidaciones sean 44% menores (datos de Boston Consulting Group).


Tesla despide a empleados que buscan formar un sindicato
En febrero del año en curso Tesla se negó a firmar un documento de Principios de Elección Justa y cesó a más de 30 empleados del departamento de Autopilot en su planta de Buffalo, en Nueva York,
luego que los trabajadores hicieron pública una campaña para formar un sindicato con Workers United Upstate New York.
En esta planta se fabrican células solares y otros productos; además más de 800 analistas de Autopilot contribuyen al trabajo de ingenieros para el desarrollo de la conducción automatizada y a la identificación de objetos empleados relacionados con el sistema de ayuda a la conducción Autopilot.
En 2022 se despidieron a cientos de trabajadores de Tesla que realizaban estos trabajos en su fábrica de Fremont, California
Los propósitos del sindicato Workers United de Tesla en Buffalo, se dirigen a fortalecer la seguridad laboral, obtener un aumento salarial y contar con voz en la toma de decisiones en su lugar de trabajo. También se desea cambiar el monitoreo, las métricas y la presión de producción, para evitar
los efectos negativos a la salud de las trabajadoras. La forma en que se monitorea las pulsaciones de teclas, la medición del tiempo en cada tarea y de la actividad laboral por día para cuantificar pausa, provoca que algunos trabajadores sacrifiquen incluso, descansos para ir al baño.
La Junta Regional Conjunta de Trabajadores Unidos de Rochester presentó una queja contra Tesla ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, por prácticas laborales injustas. La ley laboral federal
de Estados Unidos prohíbe tomar represalias contra los trabajadores por emprender acciones colectivas sobre las condiciones del lugar de trabajo y la organización sindical. La Junta revisará el
caso y podrá determinar la reinstalación de las personas despedidas.
El talante anti sindical de Elon Musk se mostró en 2018, cuando a través de un tuit, amenaza a sus trabajadores de cancelar sus opciones sobre acciones de la empresa si formaban un sindicato.
El sindicato IG Metall, el más grande de Alemania y que representa a los trabajadores metalúrgicos, incluidos los que trabajan para otras automotrices como BMW y Volkswagen, ha cuestionado a Musk a través de Birgit Dietze, lideresa de distrito de IG Metall en Berlín-Brandeburgo-Sachsen, por el trató autoritario a sus trabajadores. A principios de 2023 el sindicato abrió una oficina cerca de las instalaciones de Tesla y, en febrero, los trabajadores, algunos afiliados a IG Metall, eligieron a 19 delegados para su primer consejo gremial.
Tesla fue una de las empresas que no respetaron el cierre de fábricas ante la pandemia por COVID19 y su franca oposición a la organización sindical debe despertar inquietud entre las autoridades
laborales y judiciales mexicanas.

Es momento de ocuparse para que las personas trabajadoras, estimadas en 6,000 plazas generadas con la inversión de Tesla, no sean condicionadas para su contratación el conformarse con la contratación individual o aceptar sindicatos de protección patronal.
Las personas trabajadoras en las empresas relocalizadas deben ejercer con plena libertad, transparencia y activa participación sus derechos laborales y para ello se deben crear las condiciones adecuadas.

SIC mx

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