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Mapeo laboral en la frontera norte de México

Por: Andrés Peñaloza Méndez.

Se acaba de publicar el estudio intitulado Trabajadores, sindicatos y activistas en la frontera norte
de México. Un mapeo laboral actualizado, de la científica social Cirila Quintero Ramírez, adscrita al
Colegio de la Frontera Norte, Unidad Matamoros, Tamaulipas.
El texto repasa la situación laboral en la frontera norte a partir de la instalación y expansión de la
industria maquiladora destacando la lógica y conducción patronal, las transformaciones
productivas; el rol del Estado mexicano pero sobre todo, la actuación de las personas trabajadoras,
activistas y organizaciones de acompañamiento y apoyo, con la finalidad recuperar la memoria de
las luchas obreras del pasado, particularmente las ocurridas en los años setenta y noventa del siglo
pasado hasta las más recientes.


La frontera con los Estados Unidos conforma un espacio útil para ponderar la política laboral seguida
desde los años sesenta del siglo pasado y atisbar derroteros laborales en las geografías locales,
regionales, nacionales y globales.
La autora analiza el acontecer en cinco ciudades fronterizas, aportando elementos para una
caracterización de las vertientes laborales y la situación en cada una de ellas sin perder el hilo de la
dinámica fronteriza.


Para el caso de Tijuana resalta la visión empresarial dominante y el carácter conciliador en las
relaciones laborales; describe cómo el sindicalismo corporativo se ajusta a los nuevos
requerimientos oficiales. Con intermitencias se mantiene el activismo laboral y las interacciones del
movimiento popular en los espacios obreros.
En Nogales, lo central es garantizar la inversión maquiladora, la narrativa gubernamental,
empresarial y sindical dominante es la de “paz laboral”; no obstante, el discurso de diálogo
incluyente, sectores del sindicalismo tradicional reclaman espacios de intervención, acotados
incluso en su formalidad, en el mundo maquilador.
En Ciudad Juárez, impera un fuerte control empresarial apoyado en una vigorosa y expansiva
dinámica maquiladora y de implantación de modernas tecnologías en algunas instalaciones, ciñendo
cualquiera mejora salarial y en prestaciones a incrementos de productividad y eficiencia. El
menoscabo al trabajo decente ha propiciado intermitentes reclamos obreros pero acotadas al
control empresarial y del corporativismo sindical, con prácticas acomodaticias y flexibles a los
intereses de la patronal.


Caso contrario, es el de Piedras Negras, donde la industria maquiladora no logra afianzarse
totalmente pero donde las luchas por los derechos laborales han tenido resonancias por el apoyo
de organizaciones no gubernamentales, muchas de ellas instaladas en la ciudad. En 2022, se resolvió
a favor de las trabajadoras de Manufacturas VU, a quienes se les denegaron sus derechos colectivos
de trabajo, empresa ubicada en esta ciudad coahuilense, la quinta solicitud de revisión promovida
por el gobierno de Estados Unidos en el marco del Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida en
instalaciones específicas (MLRR) del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Finalmente, el caso de Matamoros, lugar donde históricamente se conformó un robusto
sindicalismo corporativo, influyente más allá del espacio gremial. En esta ciudad, caracterizada por
una alta sindicalización, la clase trabajadora conquistó beneficios significativos en los años del auge
maquilador. El movimiento 20/32, socavó al sindicalismo tradicional: sin embargo, este se repone
disputando los beneficios laborales y promoviendo otros posibles bajo el nuevo contexto laboral e
imperativos de libertad y democracia sindical. En 2021, las trabajadoras de Tridonex, maquiladora
de autopartes en esta ciudad, obtiene el primer triunfo derivado de la activación del MLRR
contemplado en el T-MEC.


El estudio en comento, ofrece un panorama histórico para ubicar los alcances de los cambios
laborales recientes y las posibilidades para preservar los menores niveles de desempleo y salarios
superiores al resto del país, pero con abismales brechas respecto a los mercados globales,
particularmente, el norteamericano.


En el periodo de la denominada 4T (Cuarta transformación) la decisión de duplicar el salario mínimo
para 2019 y la conformación de la Zona Libre de la Frontera Norte (sujeta a estímulos fiscales:
disminución al 20 y 8% en las tasas a los impuestos sobre la renta y al valor agregado; así como, la
homologación de precios en gasolinas, diésel, gas y electricidad), rompió el mito neoliberal sobre la
inconveniencia de incrementos sustantivos a las remuneraciones so pena de desatar presiones
inflacionarias, corrida de capitales y cesantía.
Nada de eso ocurrió y a nivel internacional se cuenta ahora con la evidencia empírica, en una extensa
línea de 3,180 de kilómetros y, abarcando 44 municipios, los efectos positivos de aumentos
considerables (de tres dígitos, 100%) a los salarios mínimos.
También la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT), publicada el 1 de mayo de 2019, requisito
para la entrada en vigor el 1 de julio de 2020 del T-MEC, configuró un nuevo modelo laboral en
México, cuyos ejes descansan en la libertad y el respeto a la contratación colectiva.
En ese contexto, las manifestaciones obreras que dieron origen al movimiento 20/32 en Matamoros,
Tamaulipas durante 2019-2021, abrió expectativas para avanzar rápidamente en la democratización
sindical.


Empero, el giro en la conducción laboral enfrió la sindicalización independiente permitiendo, lo que
algunas autoridades denominan, reingeniería o reinvención del sindicalismo corporativo y del
control empresarial transfronterizo.
A pesar de las actuales adversidades las personas trabajadoras, sindicatos, organizaciones de la
sociedad civil y activistas fronterizos pueden encontrar los resquicios coyunturales para mostrar la
fuerza incubada durante décadas y confrontar la pax laboral impuesta por gobiernos, empresarios
y sindicatos subordinados al capital.
Una invaluable oportunidad es demandar, en el marco de la próxima y última fijación a los salarios
mínimos de la actual administración federal, duplicar el salario mínimo. Pasar de 312.41 a 624.82

pesos en 2024. Cantidad todavía por debajo, entre 70 a 40%, que lo que se percibe en California o
Texas.
De igual manera se debe exigir la recuperación de los salarios mínimos profesionales que, en los
hechos, al homologarlos a los mínimos generales han desaparecido.
Cabe recordar que la deslocalización de la producción del centro a la periferia vía la instauración de
maquiladoras, centrado en el ensamblaje, procesos intensivos en mano de obra, fue una de las
estrategias adoptadas por las empresas transnacionales para acrecentar ganancias a costa de
salarios bajos en comparación a sus matrices donde los sindicatos, habían conseguido el pago de
salarios profesionales en razón de las actividades, oficios y profesiones que ciertas labores,
asignadas a las personas trabajadoras, requieren.
los salarios mínimos profesionales que entraron en vigor en enero de 2016 se ubicaron en promedio,
44% por arriba del salario mínimo general. Diferencia que aportaba ingresos adicionales a las
personas trabajadoras sujetas a salarios mínimos profesionales ahora sustraídos a favor del capital.

SIC mx

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