CRÍTICA AL DESPLEGADO “EN DEFENSA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN”
Hace escasos días en el contexto del 210 aniversario de la independencia, un grupo de 650 comunicadores, ex funcionarios públicos, escritores, periodistas, académicos, cineastas, intelectuales, entre otros, firmaron un desplegado que contó con amplia difusión.
En dicho documento se destaca que la libertad de expresión está asediada, como consecuencia de ello se amenaza a la democracia ,además, se afirma que el presidente Andrés Manuel López Obrador estigmatiza a los que él llama sus adversarios, con lo que según los firmantes, agravia a la sociedad, degrada el lenguaje público y rebaja la tribuna presidencial.
Así mismo, señalan que, profiere juicios que siembran odio y división. Sus palabras son órdenes tras ellas han llegado la censura y las sanciones, a los medios de difusión, también agregan que AMLO, ha despreciado, a las feministas y el dolor de las víctimas de la violencia, entre otros señalamientos.
Al respecto vale la pena hacer un esfuerzo de análisis del discurso expresado en el desplegado, evaluar la veracidad de las afirmaciones y las generalizaciones expresadas en el texto.
Las acusaciones al presidente, particularmente las de estigmatizar, no fácilmente se pueden contradecir, solo que es un deber intelectual contextualizarlas, pues el presidente ha afirmado claramente que busca estigmatizar la corrupción y si bien señala a muchos medios de comunicación, como conservadores o como adversarios, -con “honrosas excepciones”-, no se puede dejar de señalar la cantidad de noticias falsas que se producen para desacreditar al gobierno de AMLO, divulgadas precisamente en estos medios o en las redes sociales, lo que nos ubica en los primeros lugares de producción de fake news en el mundo.
Soslayar que el presidente enfrenta diariamente y de manera pública los cuestionamientos de la prensa, en los que hemos atestiguado falta de respeto y altanería,-por decir lo menos-, nos habla de una práctica democrática inédita, de la que no pocas veces se abusa.
En estos encuentros y no en pocas ocasiones, los comunicadores retoman lo dicho por los medios, lo que provoca respuestas que no gustan, pues, el presidente aclara imprecisiones, desmiente, fija postura, incluso descalifica a los medios, acciones con lo que se puede estar de acuerdo o no, pero nuevamente, no se puede pasar por alto el contexto en el que se observa una campaña que se sostiene de manera sistemática en contra del gobierno de la 4T y que muchos pensadores identifican como un golpe blando, precisamente impulsado por algunos de los promotores de dicho desplegado.
De lo señalado en el texto publicado, observamos tres talantes o dimensiones, la primera y más relevante, los “agravios” a dos personajes Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, la segunda, lo que parece oportunismo para sumarse apoyo, otro tipo de ultrajes a: feministas, víctimas de la violencia, a los grupos ecologistas, a órganos autónomos e incluso al Poder Judicial y la tercera, una comparsa solidaria que ha sido desplazada políticamente, un grupo aliado al panismo, y otros sectores representados, muy dispuestos a respaldar imprecisiones y generalizaciones injustificadas, aunque con ello se falte al elemental rigor de un texto que busca expresar críticamente la realidad.
Lo que se percibe más bien, es una reacción dolorosa, pues, se observan académicos ligados al salinismo, otros aliados del panismo, no a pocos de ellos se les desplazó del poder político, a otros tantos ya no se les toma en cuenta como quisieran y otra fracción parece percatarse, de la pérdida de «valor» de su servilismo al Poder Ejecutivo en turno.
Krauze y Aguilar Camín se ostentan como defensores de una prensa que le falló al pueblo de México, por eso les reprochamos que ahora pretenden implicar a toda la sociedad mexicana, les cuestionamos: ¿si son intelectuales, porque no usan el razonamiento? ¿No se percatan que millones de mexicanos estamos sorprendidos y hartos de tanto robo y cinismo? ¿No se percataron que 30 millones de mexicanos votamos por AMLO en 2018 para señalar nuestro cansancio de los gobiernos que ellos alabaron, de los que recibieron dineros a manos llenas y que sí ejercieron esa censura y persecución en contra de la prensa no alineada? Nosotros, les adelantamos, no les creemos, pensamos que su lucha es una falacia, que pretende presentarlos como víctimas.
Su mayor mentira es que se ostentan como una parte «superior» de la sociedad, una élite informada y supuestamente crítica que, sin embargo, guardó silencio ante “la verdad histórica” del caso Ayotzinapa, ahora desechada por insostenible.
Se le olvida a Krauze su participación en la operación Berlín en contra de AMLO, se pasa por alto que Andrés Manuel, después de Madero, ha sido el político más atacado en la historia del país como lo refirió Monsiváis. No se recuerda el fraude del 2006, la campaña de 2012 en la que el dinero sucio le dio la presidencia a EPN. Se les olvida su complicidad.
Aguilar Camín se queja de la degradación del lenguaje público, pero parece no tener presente, que hace unos meses de manera irresponsable calificó de petulante y pendejo al primer mandatario durante una video conferencia cuyo contenido se hizo público, insultó a nuestro presidente quien goza de una legitimidad incuestionable y de una aprobación mayoritaria. Se queja de sanciones y de censura, pero su pobre honestidad intelectual le impide reconocer que violó la ley deliberadamente al presentar documentos del INFONAVIT falsificados.
Se duelen Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze y su comparsa, porque según ellos el presidente ordena que se advierta a los críticos el callarse o dejar el país, así lo señalan, lo afirman, pero es una aserción falsa, asegurar que el presidente ordena advertirles, es tan absurdo, como asegurar que Noroña sólo acataba órdenes del presidente en su lucha por la presidencia de la cámara baja.
El verdadero sufrimiento y preocupación de los que suscribieron el desplegado, es por el nivel de consciencia del pueblo de México que ya no cree en sus medias verdades. En lo que si creen los mexicanos, es en un gobierno que va a exhibir la podredumbre de un régimen en el que varios de los firmantes participaron. Muchos de ellos “intelectuales”.
Bien nos advirtió Galeano: ser intelectual es una aberración, se tiene que unir razón y corazón.
Atentamente: Coalición Autónoma de Trabajadores del Estado de Querétaro (COATEQ) César Cano, Marco Antonio Calles, Guadalupe Guerrero, Bertha Alicia Basurto, Netzahualcóyotl Ruiz, Eduardo Zúñiga, Luis Guerrero, Sergio Calles, Ma. Cristina Ibarra, Guadalupe Rodríguez, Alfredo Carrillo, Celina García, E. Ivan López.