Desde las leyes y el sentido comúnzDestacado

La Constitución vista desde la Economía Mexicana (II parte)

El que la Constitución no defina a la economía nacional mexicana o a la sociedad mexicana entera como liberal y capitalista, no duda nadie de que el liberalismo (moderado o extremo) han dominado en nuestra economía y en nuestra sociedad desde hace por lo menos cien años o más.

Lo real en nuestro México actual es el capitalismo y hasta diciembre de 2018 fue el liberalismo extremista o neoliberalismo. Nuestra economía real es así. Las leyes constitucionales no prohíben el capitalismo ni el liberalismo de ningún tipo, ni explicita ni implícitamente y se entiende que el capitalismo liberalista no es contrario a nuestra constitucionalidad (¿o si es contrario?) El capitalismo pertenece al sector privado o mejor dicho es el sector privado, y esto se institucionaliza con las libertades señaladas, de trabajo, de comercio, de concurrencia libre, con el derecho de obtener ganancias razonables, derecho a contratar el uso de la fuerza de trabajo, y por los derechos de propiedad, de tierras y bienes productivos, dinero y capitales tangibles e intangibles.

Quienes interpretan las leyes constitucionales desde el enfoque liberalista, han fortalecido al sector privado (capitalista) más que a los otros sectores y en la peor forma imaginable, como el uso de la corrupción, las complicidades, omisión de las responsabilidades, creando la economía criminal en una magnitud gigantesca, han creado oligopolios, permitido el acaparamiento, y la concentración excesiva y la centralización irresponsable de capitales y poder, la especulación financiera, el saqueo irresponsable de recursos naturales fundamentales, escasos y útiles, y un larguísimo etcétera.

Así ve la economía del sector privado a nuestra constitucionalidad: no es obligatoria la Constitución para el sector privado, lo será para el Estado y el sector social, pero no para los capitalistas, pues este sector nacional tiene sus propias reglas, creadas por ellos mismos, y no requiere la regulación o intervención constitucional. Después veremos el sector privado no nacional y sus opiniones acerca de las leyes constitucionales. Esta opiniones varían bastante entre el sector privado, pero el eje es que no creen necesitar la mano visible de la regulación del Estado.

La división de nuestra economía en tres sectores quizá requiera ser revisada y redefinido cada uno de los componentes, el privado, el social y el estatal. Quizá este asunto sea muy obvio o quizá no sea necesaria tales redefiniciones, las opiniones lo dirán. Pero cada sector requiere objetivos, fines y medios muy precisos, que tienen que ver con temas como los siguientes: la acumulación de riqueza, ¿es solo válida para el sector privado?, ¿el sector social no tiene derecho a acumular? es necesario o legítimo y posible que el sector estatal acumule en un momento como el actual, ¿de sustitución del modelo neoliberal?

Claro que no se habla de la acumulación salvaje de la época del neoliberalismo, sino de otro tipo de acumulación de riqueza y otro tipo de distribución de esta, tipos nuevos, mejores y más democráticos.  ¿Se podría hablar de un tipo de acumulación estatal-social, distinto a la acumulación privada? ¿esta sigue siendo válida y legal, pero acaso no debe ser redefinida? ¿es válido tener no tres sectores económicos sino tres países distintos? ¿es correcta esta división nacional en tres México casi desconectados? Lo que inquieta es que el proyecto nacional exigido por nuestra Constitución no se haga por toda la nación, porque nuestro proyecto se debe readaptar siempre a las nuevas posibilidades y exigencias y debe ser hecho por todos.                                                                                                                                Son muy amplios los temas a redefinir en estos momentos en que el gobierno de la Cuarta Transformación está en marcha, y en especial la conducción del Presidente López Obrador ha mostrado un trato integrador, receptivo y plural de las opiniones e intereses legales y legítimos de los grandes sectores nacionales. Estas opiniones no pretenden para nada marcar los temas nacionales a debatir, es algo que rebasaría mi capacidad, solo emito mis inquietudes políticas y abstractas, y mi convicción de que está abierta la oportunidad para redefinir nuestra nación, asunto que ya ha comenzado desde el 1 de diciembre de 2018 con la nueva política económica obradorista, nacional, humanista y ética.

Miguel Nieto Escudero

SIC mx

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