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EL CÁRTEL DE SINALOA EN QUERÉTARO

Querétaro, Qro., a 07 de febrero de 2020 – El traidor. El diario secreto del hijo del Mayo, fue presentado el 21 de enero de 2020 en Querétaro por su autora, Anabel Hernández. La primera edición del libro fue en diciembre de 2019 y el ejemplar que adquirí en aquel momento pertenece a la cuarta reimpresión, de enero, lo que es impresionante.

Sin embargo, lo más impactante es que Anabel y su familia han sufrido diversos atentados y, en 2010, Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, organizó un complot para asesinarla, después de la publicación de su libro “Los señores del narco”, de 2010. Ninguna de las 374 páginas del libro tiene desperdicio; dividido en 21 capítulos, incorpora párrafos del diario de Vicente Zambada Niebla, el Vicentillo, lo que lo hace más interesante, para después escuchar a la autora quien lo nutre con datos duros, tales como fechas, lugares, cantidades y nombres de todo tipo de personajes unidos por la corrupta voracidad de obtener millones de dólares producto de la ilícita empresa de traficar con drogas de todo tipo: cocaína, mariguana y metanfetaminas.

Aquí encontramos a expresidentes de la república, tales como Fox, Calderón y Peña Nieto, así como a algunos de sus secretarios de primer nivel; también aparecen generales del Ejército mexicano; exdirectores de Pemex; dueños de equipos de futbol profesional; capitanes de la iniciativa privada como los de Bachoco, Omnilife y Monex, así como otras empresas que han puesto su infraestructura al servicio del Cártel de Sinaloa, empresa trasnacional con presencia en América, África, Europa, Asia y Oceanía.

Aunque el gobernador Francisco Domínguez niegue la presencia de los cárteles del narcotráfico en Querétaro, Anabel señala que el narcotraficante Tirso Martínez Sánchez compró el equipo de futbol de los Gallos Blancos, así como los equipos de La Piedad, el Irapuato y por eso se ganó el mote de El Futbolista.

En 2002 Tirso Martínez adquirió a los Gallos, mientras el empresario local, Jorge Vázquez Mellado, aparentaba ser el dueño, hasta que, en 2004, la Femexfut redujo de 20 a 18 los equipos de futbol, dando de baja a los Gallos y al Irapuato, porque el dueño se encargaba de almacenar cocaína en Querétaro del narcotraficante Ismael El Mayo Zambada, líder del Cártel de Sinaloa.

En aquella época era un secreto a voces que los dueños del equipo llegaban con maletas repletas de billetes, por lo que los pagos quincenales de directivos, empleados y jugadores eran en efectivo.

Durante la presentación del libro, Anabel Hernández, señaló que, desde hace décadas, debido a la corrupción, Querétaro ha sido una bodega, una plataforma, una base del Cártel de Sinaloa, en la que no pasaba nada porque los narcotraficantes adquirían terrenos, negocios y sus hijos iban a las escuelas locales. Sin embargo, ese equilibrio se rompió por la disputa de la plaza con otros cárteles, como el Cártel de Jalisco Nueva Generación en nuestros días.

Otra referencia que Anabel Hernández hace de Querétaro en su libro, es la facilidad con la que Joaquín El Chapo Guzmán, después de su fuga de Almoloya, se trasladaba a bordo de helicópteros en tierras queretanas, gracias al apoyo de su compadre El Mayo.

Ya que hablamos del Chapo, Anabel Hernández señala con documentos y testimonios de los propios integrantes del Cártel de Sinaloa que el jefe de jefes nunca ha sido El Chapo, sino Ismael El Mayo Zambada (padre de El Vicentillo), quien iniciara su carrera criminal en 1987 en Los Ángeles, California, ciudad a la que acudió a trabajar como indocumentado, como lo hacen miles de personas que intentan salir de la pobreza en nuestro país.

Así fue como nació el Cartel de Sinaloa y El Mayo lleva invicto toda su vida en un negocio en el que ha estado asociado con las agencias gubernamentales de Estados Unidos, tales como la CIA y la DEA con quienes tiene contratos firmados desde 1998 para la distribución de cocaína en el mundo entero, convirtiendo a México en una bodega, cuyos mandatarios, tanto del PRI, como del PAN, han sido cómplices.

En 1998 El Vicentillo, enviado por su papá, desayunó en la casa Lázaro Cárdenas de Los Pinos, con el general de división Roberto Miranda Sánchez, quien era el jefe del Estado Mayor Presidencial de Ernesto Zedillo y, al lado de Miranda, de 1989 a 1990, trabajaron personajes como el general de brigada, Luis Rodríguez Bucio, quien fuera nombrado Jefe de la Guardia Nacional en abril de 2019 por el gobierno de López Obrador.

Y es que el tráfico de drogas ilegales deja tal cantidad de dinero que, cuando El Mayo hace 100 millones de dólares por la venta de los narcóticos, alguien en Estados Unidos hace 200 millones de dólares por la misma operación. Las matemáticas del narcotráfico son tan claras como las de cualquier otra empresa en el mundo.

Ismael El Mayo Zambada es el único que ha tenido la inhumanidad, la frialdad, el dinero, la mentalidad y la complicidad de cientos para llegar a ser el narcotraficante más importante de todos los tiempos, porque nada lo detiene, ha traicionado amigos, compadres y a su propio hijo, El Vicentillo, quien actualmente está encarcelado en una prisión de Estados Unidos.

En El traidor también leemos que ni al Mayo ni a su familia se les ha asegurado ninguna propiedad, salvo un enorme y valioso rancho de Sinaloa, en el año 2000, pero que les fue devuelto enseguida. Anabel solicitó información vía acceso a la información sobre este caso, sin embargo, la Fiscalía General de la República de Alejandro Gertz Manero se negó porque, justificó, hacerla pública puede causar una “alteración profunda que sufre una persona en sus sentimientos, afectos o creencias, decoro, honor, reputación”.

El libro de Anabel nos muestra crudamente la realidad nacional en la que narcotraficantes y autoridades de todos los niveles se han coludido para convertir a nuestro país en uno de los más corruptos del planeta que, para sanearlo, tal vez se necesiten décadas y un sistema de justicia transicional, con estrategias judiciales y no judiciales, la creación de comisiones llamadas de la verdad y otras formas de investigación del pasado violento, la reforma de instituciones tales como las dedicadas al servicio secreto, la policía y el ejército.

Los narcotraficantes no duermen. El jueves 17 de octubre de 2019 en Culiacán, el gobierno de López Obrador dejó ir a Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo, aduciendo que no quería exponer a la población a un baño de sangre, sin embargo, Anabel plantea que lo dejaron escapar debido a que una parte del ejército mexicano se unió al Cártel de Sinaloa, la que siempre ha figurado en la nómina del Cártel de Sinaloa, por lo que habría habido un enfrentamiento entre diversas facciones del mismo Ejército mexicano y de la Policía Federal y las locales. Y es que, aunque Anabel no da nombres, señala que actualmente personajes de Morena acuden a las fiestas de los capos como si se tratara de su propia familia.

En opinión de Agustín Escobar Ledesma.

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