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Abatimiento estructural de la pobreza laboral, pendiente para el siguiente gobierno.

Por: Andrés Peñaloza Méndez

La pobreza laboral afecta a 48.6 millones de habitantes, son personas trabajadoras cuyos ingresos laborales, ni siquiera empleándolos en su totalidad, alcanzan para adquirir una canasta alimentaria; viven en pobreza extrema. Entre el primer trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023, la pobreza laboral disminuyó a nivel nacional al pasar de 38.8% (porcentaje similar al reportado en 2005, año de inicio de esta medición) a 37.7%.

Este porcentaje es aun ligeramente superior al periodo prepandemia. La parálisis económica derivada de la pandemia del Covid 19, interrumpió la reducción que se venía registrando en este indicador. En comparativo anual (primer trimestre) en los dos primeros años del actual sexenio y asociado, principalmente, a la política de recuperación del poder adquisitivo de los salarios mínimos, el porcentaje de pobreza laboral pasó de 40.6% en 2018 a 36.6% en 2020. Es decir, alrededor de cinco millones de personas habrían salido de la pobreza laboral, considerando el actual número de población.

En 2021, la pobreza laboral cubrió al 42% de la población, la pandemia retrotrajo lo avanzado. Al reactivarse la economía, crece la ocupación y los ingresos laborales, combinación imprescindible para abatir el empobrecimiento. Para el primer trimestre de 2024 es probable que el porcentaje de pobreza laboral se coloque al nivel e incluso, por debajo, al observado en el primer trimestre de 2020, con lo cual más de 1.4 millones de personas saldrían de la pobreza laboral.

Esto siempre y cuando se mantenga el ritmo observado de generación de plazas laborales y se incremente el salario mínimo, por lo menos, en los porcentajes de los años previos. Este binomio es central para atemperar el panorama de la pobreza laboral, hecho refrendado con los datos registrados entre el primer trimestre de 2022 y el correspondiente de 2023, donde se amplía el número de personas ocupadas (2.4 millones más, aunque aproximadamente la mitad de esos empleos fueron informales) y se incrementa el ingreso laboral real per cápita al pasar en términos reales, de $2,850.25 a $3,058.60 pesos al mes (7.3%), aumento aproximado de $208.35 pesos.

Entre los primeros trimestres de 2022 y 2023, en 19 de las 32 entidades federativas la pobreza laboral retrocedió. Sin embargo, todavía en 18 de ellas el porcentaje de pobreza laboral respecto al reportado previo a la emergencia sanitaria (primer trimestre de 2020) sigue siendo superior.
En cuatro estados del sur y sureste mexicano están con el mayor porcentaje de pobreza laboral:
Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz con 67.2%, 59.8%, 57.2% y ligeramente por encima del 52% de su población. En el caso de Tabasco y Campeche, beneficiados con diversos proyectos de la actual administración han mejorado sin lograr colocarse por abajo del 40%. En la región, sólo Quintana Roo tiene menos del 30% de su población en pobreza laboral.


En contraste, con menor porcentaje de pobreza laboral se encuentran Baja California Sur, Baja California y Nuevo León con 15.6%, 18.7% y 23.8%, respectivamente. Además de estas entidades otras seis están ligeramente abajo del 30% en este indicador: Jalisco, Sinaloa, Colima Coahuila, Ciudad de México y Sonora.
En el resto de las 26 entidades federativas, donde habitan alrededor del 70% de la población del país, la pobreza laboral es mayor al 30%. En consecuencia, será la próxima administración federal, la que tendrá el desafío de abatir la pobreza laboral a niveles inferiores a ese porcentaje; meta modesta, pero del todo factible.

Algunos aspectos adicionales que deben tomarse en cuenta para rebajar estructuralmente la pobreza laboral son: Zanjar brechas salariales de género. Con datos al primer trimestre de 2023, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada fue de $6,820.85 al mes, para el caso de la ocupación varonil el ingreso fue de $7,480.62 y para las mujeres de $5,860.84 pesos reales; esto es, ingresos por razón de género de 1.3 veces mayor. Formalizar la informalidad. La población ocupada formal en el primer trimestre del año obtuvo un ingreso laboral mensual de $9,553.94, el doble de la población ocupada en trabajos informales ($4,790.76).

SIC mx

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