LAS MAÑANERAS
Por: Agustín Escobar Ledesma
Las conferencias mañaneras, mejor conocidas como Las mañaneras, iniciaron formalmente, cuando más de 30 millones de electores votaron por el cambio en 2018, inaugurando de esta manera una forma distinta de informar desde la presidencia de la República, lo que ocurre en torno a la administración de los recursos públicos.
Aunque los críticos del actual gobierno señalan que Las mañaneras son un exceso presidencial, lo cierto es que desde 2018, las millonarias cantidades oficiales y extraoficiales para la prensa escrita y electrónica, cesaron de manera abrupta e inédita, situación que provocó que los intelectuales y periodistas de primer nivel, se desgarraran las editoriales y pusieran el grito en el cielo y en el suelo, al ver perdida su principal fuente de ingresos.
Desde hace cuatro años las mañaneras se convirtieron en el más eficaz sistema de comunicación nacional, situación inédita en nuestro país y tal vez en muchos otros lugares de la Aldea Global de Mac Luhan.
Por supuesto que, ante un sistema informativo de tal calado, los adversarios de la 4T, señalan con dedo flamígero que el Presidente se ha convertido en el principal factor de división, polarización y encono patrio, debido a que pretenden que la información, continúe siendo una mercancía cotizada en la bolsa de valores neoliberales, bajo la manipulación de los mercenarios de los medios quienes, en el pasado, únicamente dejaban abiertas las llaves del entretenimiento pueril y enajenante para las mayorías.
Desde hace cuatro años, la ciudadanía obtiene la información presidencial de primera mano, las ocho columnas que en verdad interesan a la gente de a pie, a través de las mañaneras que están debidamente estructuradas.
Un día está dedicado a informar de la salud, otro de la seguridad, la educación, la economía y una sección que no podía faltar es la de ¿Quién es quién en las mentiras? En donde se hace un análisis de los medios y son desmentidas las difamaciones y las llamadas fake news, una tarea titánica porque los medios del periodo neoliberal se encargan de publicar noticias falsas de manera estratégica, porque bien saben que, como lo señalara Miguel de Cervantes, mientras la falsedad tiene alas y vuela, la verdad la sigue arrastrándose.
Como el Presidente no es todólogo, cada día tiene uno o varios invitados que, cómodamente sentados, esperan su turno para informar, mientras el anfitrión, siempre está de pie frente a la nación, durante dos o tres horas.
Los cerca de cincuenta periodistas presentes en las mañaneras, también permanecen sentados, sin restricción a la libertad de expresión e, incluso si así lo consideran necesario, lo encaran elevando el tono de voz, tal y como lo acostumbra Jorge Ramos, situación que, por cierto, también es novedosa en la historia del periodismo de nuestro país, cuando en el pasado, ni siquiera una mirada rencorosa era permitida contra el gran tlatoani, porque el aparato de poder era utilizado para reprimir.
Y es que, a los adversarios, que no enemigos, del Presidente, aferrados a sus otrora inmorales privilegios, les cuesta comprender que la democrática manera de ejercer el poder, sólo es posible con la inclusión porque, informar y ser informado, es un derecho inalienable.
Siguiendo la premisa de primero los pobres, en las mañaneras es utilizado un lenguaje coloquial, sencillo pero profundo, que contrasta con los monólogos grandilocuentes, cantinflescos, tecnocráticos y, a veces, obscenos, tan empleados en su momento, por funcionarios priistas y panistas.
Por supuesto que las mañaneras, no sólo han contribuido a la información y opinión pública, sino también, por consecuencia, a la politización de la gente de a pie, aquella que discute temas de interés nacional en tianguis, cantinas, taxis y en diferentes espacios públicos y privados, gracias a quien fuera Jefe de Gobierno del Distrito Federal y hoy es Presidente de nuestra amada patria.
SIC mx
