Era únicamente un salario. Nada de que atendíamos seis grados y nos daban seis salarios.

Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden. El gobierno de México respondió al pliego petitorio de la CNTE.

Por: Andrés Peñaloza Méndez.

La maestra Beatriz Díaz Pérez, es de la sección VII del Estado de Chiapas, participó en el plantón instalado del 15 de mayo al 11 de junio por parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en el zócalo de la ciudad de México. Tras una respuesta formal del gobierno federal, el magisterio democrático se declara en receso y entrar en una etapa de reorganización para analizar los logros y alcances de la Jornada Nacional de Lucha del magisterio democrático (ver recuadro 1 con los compromisos del Gobierno de México a la CNTE).

Conocer a la CNTE a través de sus protagonistas

Nuestra entrevistada, se sorprende con mi primera pregunta ¿cómo se decidió ser maestra?

La comisura de sus labios dibuja una disimulada sonrisa y responde con brillo en los ojos. Parece remontarse con la misma agilidad con que corría por los patios de su primaria: «era parte de lo que a mí me gustaba y cuando nos tratan bien nuestros maestros y son queridos, siempre decimos, yo quiero ser maestra, y quiero ser como mi maestra».

A pesar de las limitaciones económicas de su numerosa familia, tuvo la posibilidad de estudiar y al salir de la secundaria ingresó a la normal; graduándose en 1984. Ese, se empezó a exigir el bachillerato para poder estudiar una licenciatura. «Yo soy normalista» -parece reafirmar su formación con genuina altivez-.

Rememora sus primeros años de maestra: «A partir de ahí, nos mandan a trabajar, soy del municipio de Sunuapa, Estado de Chiapas, por Pichucalco, donde había ocurrido tiempos antes la erupción de un volcán. A partir de ahí empezamos a trabajar, teníamos que caminar horas y horas».

El volcán, al que se refiere, es el Chichonal, cuya erupción en 1982, cobró la vida de más de dos mil personas, desaparecieron poblados y cerca de 20 mil habitantes quedaron sin hogar; provocó estragos en las cosechas y ganado; así como, en la escasa infraestructura: puentes, carreteras y en la red eléctrica.

«Me tocó una escuelita unitaria. Aquellas escuelas -explica con generosidad- que están en los límites de las poblaciones, totalmente marginadas, donde no hay condiciones, con poca población, en la que tal vez acudían veinte niños y niñas a la escuelita, pero teníamos que atender todos los grados, de primero a sexto grado. No hay mucha población, entonces se creaban esas escuelas unitarias».

A pesar de caminar mucho, cruzar ríos; destinar horas adicionales para preparar y acrecentar habilidades docentes le gustaba convivir con esos niños y niñas, que caminaban largas distancias para llegar a su escuelita, en rigor una galera, nos dice la maestra Beatriz: «Porque el Chichonal destruyó la escuelita que se tenía. Yo con el apoyo de todos los padres de familia, logramos levantar la escuelita. En ese entonces teníamos 18 niños, con los seis grados. Prácticamente vivíamos en la comunidad. Salíamos muy poco, porque para salir lo pensábamos mucho. Estaba muy, muy pesado, por las horas que llevábamos caminando. Ahí nos fuimos criando; agarrando el amor a nuestro trabajo. Convivimos mucho con los padres de familia y conocíamos las necesidades que tenían. Sin electricidad ni agua potable. O sea, todas esas limitantes usuales por ser zonas marginadas, en las cuales nosotros trabajábamos. Y nuestro salario era uno nada más. Nada de que atendíamos seis grados y nos daban de seis salarios».

La situación descrita por la maestra Beatriz parece cambiar poco: En 2020, de los 2,308 habitantes de Sunuapa, el 49.9 % se encontraba en situación de pobreza moderada y 16.4% en situación de pobreza extrema.[1]

Por su origen humilde, la maestra normalista, pronto genera empatía con las necesidades de las comunidades. «No solamente era uno maestra. Nos sentíamos obligados a hacer más. Hasta hacerles documentos a los papás; teníamos que aprender derecho. Organizar a los padres y madres de familia, ir a solicitar para la misma comunidad o por la escuela. Solicitar muebles, pizarrón, para poder trabajar con los niños. Los libros los teníamos que ir a traer hasta el municipio; traerlos con los caballitos (…) De ver toda esa necesidad, nos da el coraje para organizarnos, buscar cómo poder apoyar tanto a la escuela como al pueblo. Defender los derechos, tanto de nosotros, como también para la comunidad. Entre más marginados son, la verdad, menos caso les hacen. Nos organizamos. Desde ahí, enseñamos también a los niños a luchar. O sea, hacer conciencia de la necesidad de conservar lo que se tiene y de exigir, porque al final de cuentas, también se tiene derecho como ser humano, ¿no? Los derechos a la salud, a la educación, a una buena alimentación».

¿Qué necesita el niño desde que llega al salón de clases? Se interroga la maestra Beatriz.

«De 35 niños, cada niño es totalmente diferente de igual manera sus necesidades. Y, pues, a mí, en lo personal, siempre hemos tratado de organizar, desde los padres de familia hasta los alumnos, de ir exigiendo nuestros derechos».

En diversos momentos se ha intentado cancelar las escuelas normales. Me dice usted que fue normalista. ¿Qué recuerda de su formación?

«Nosotros seguimos con la cuestión de la defensa de la educación pública, de las normales, y la exigencia de las plazas a los normalistas en cuanto salen. Nos oponemos a la desaparición hoy, sobre todo, de las escuelas normales rurales, porque traen en su formación realmente la necesidad de ser un luchador(a) social y eso marca diferencia. Es por lo que el gobierno los quiere desaparecer. Ya no quieren invertir en internados; seguimos en su defensa y en la lucha de la educación, que debe ser gratuita. Porque ya ves, son de padres bastante humildes, y el joven quiere ser normalista, quiere ser maestro. ¿Cuántas normales hay en Chiapas? Aproximadamente, once, si no me equivoco, en todo el territorio, entre normales públicas y las escuelas rurales. Tenemos bastantes egresados, por eso exigimos plazas automáticas para los normalistas, y también de la Universidad Pedagógica Nacional, porque ahí son formadores de docentes».

Maestra, ¿qué siente y qué piensa de las opiniones contrarias a su movimiento?

«Lo primero, es una disculpa al pueblo por las afectaciones. Estamos conscientes. Pero es la única arma que nos dejan de poder salir a las calles para protestar. Los padres de familia están conscientes que es una lucha justa la que estamos haciendo. Porque nuestras demandas no es nada más a beneficio de nosotros como trabajadores. Estamos exigiendo también las uniformes escolares en Chiapas, que es una lucha que hicimos. Nada más nos las dieron en un periodo con un gobierno. Los uniformes escolares, zapatos, los útiles; hoy en día ya no se dan. Las escuelas, necesitan demasiado. Decían que iban a dar computadoras, pero las comunidades no tenían ni luz eléctrica. Entonces, exigimos por lo menos que tengan el agua y la luz eléctrica, para que puedan tener algunos beneficios los alumnos y las comunidades. Estamos conscientes, lo hemos dicho que esto es culpa del Estado. Si ellos saben que tenemos una demanda y necesidades, pues ahora sí que son ellos los que tienen en sus manos solucionarnos. Lo que está pasando es culpa de ellos».

¿Cómo explicaría de manera sencilla sus principales demandas de carácter económico y laboral?

«Una de las principales demandas que tenemos es la abrogación de la reforma educativa. No podemos aplicar los planes de estudio. En una escuela unitaria, que es totalmente diferente a una escuela de una ciudad o a una rural, a una escuela completa. Entonces, tenemos que adaptarnos de acuerdo a las condiciones y a las necesidades del entorno del niño. No podemos trabajar con un plan unitario. La CNTE tiene un proyecto alternativo y lo hemos presentado a la Secretaría de Educación Pública. Proyectos forjados desde abajo. No lo que hoy nos dan, planes y programas creados detrás de un escritorio. Pueden tener la teoría, pero no la práctica. Aquí tenemos las experiencias y, sobre todo, la práctica que nosotros nos vamos creando y aprendiendo cada día, porque no dejamos de aprender. Antes la educación estaba centrada en niños críticos, analíticos y conscientes, reflexivos. Bueno, es lo que tratamos de hacer en el aula, aunque los planes los tenemos que ir revisando y adaptarlos. Nosotros seguimos trabajando con un proyecto educativo, alternativo de educación que tenemos en el Estado de Chiapas».

¿Por qué decidió participar en la CNTE y no en el SNTE?

«Ah, nosotros somos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). En mi talón de cheque me cobran una aportación, el concepto 58. Pero en 1979, precisamente en Chiapas, se crea la CNTE, que somos la disidencia. Nos agrupamos a nivel nacional para la exigencia laboral, porque el SNTE no nos representa. Que lo vea todo el pueblo. Es con la CNTE que caminamos y hemos sobrevivido a más de 44 años. Porque nuestras luchas son justas y dignas. Vemos las necesidades de la educación, mientras que, en el otro, se va por una pluri de senador. Es lo que le da de premio el gobierno por ser arrastrado. Él no nos defiende, nunca nos ha defendido. Al contrario, él está en contra. Hoy exigimos la libertad sindical, no la tenemos. Cepeda es comparsa del gobierno para aplicar esas reformas, como la ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); su derogación es lo que seguimos exigiendo. Desde el 2007 se crea una nueva ley que hoy nos manda a que tengamos que trabajar hasta los 65 años frente a grupos. Exigimos que regrese lo de antes, cuando nos jubilábamos con 29 años, 6 meses, un día de servicio a los hombres. Las mujeres, 27 años, 6 meses, un día, para podernos jubilar. O sea, ya le servimos al Estado, ya le trabajamos y creo que sí teníamos derecho a una jubilación digna. Pero hoy nos mandan hasta los 65 años. Y lo del aumento salarial, lo vemos que no es justo. Nos aumentan, entre comillas, un 10 %, pero al salario se va sólo el 4 %. Y nosotros decimos, bueno, no va de acuerdo a la inflación. Por lo menos que vaya a la inflación. El resto para prestaciones».

¿Qué tipo de prestaciones?

«Por ejemplo, los préstamos hipotecarios. Si de acuerdo a mi tabulador, me daban 900 mil pesos, hoy me dan un 6% más de esas prestaciones. O sea, aumenta un poquito más. Entonces, ¿nosotros qué exigimos? Es al salario, a nuestro salario base. Nosotros compramos material, gastamos para trasladarnos de nuestro domicilio a nuestras escuelas de un municipio a otro o rentar vivienda. Todas esas partes, no lo toman en cuenta. Y hoy nos quieren decir que todo el magisterio gana 16 mil pesos. Es totalmente falso. No tenemos el mismo salario».

¿Cuál es el salario promedio?

«Es muy diferente. El salario promedio son 14 mil pesos. Y hasta eso creo que me estoy yendo, por las prestaciones y todo de los compañeros».

«También exigimos justicia social, por ejemplo, para Nochixtlán, que ahí tenemos muchos compañeros que han fallecido, presos políticos que son compañeros, hemos tenido represión, hostigamiento, ha habido demandas y entonces exigimos la justicia social para todos (…) ahorita, en Chiapas está el paro indefinido, allá tenemos tomada instalaciones de Pemex, es el abasto de las gasolineras, y ahorita sí ya empieza el desabasto de gasolina. Lo que hacemos son acciones para que se pueda sentar el gobierno y que nos volteen a ver, escuchen, acá estamos, atiéndanos, resuelvan nuestras demandas. Esa es la parte que creo que nos falta hacer conciencia con el pueblo. Nosotros tenemos que buscarlo y nuestra necesidad es salir a las calles para luchar. ¿Y qué pedimos? Que nos apoyen, que le exijan ellos al mismo gobernador, al mismo presidente, volteen a ver, resuelvan las demandas que tienen Chiapas, las demandas son justas. Seguimos haciendo el llamado a todo el pueblo general que se una, que se una con nosotros, porque todos los sectores tienen problemas. La cuestión laboral, es para todos los trabajadores. Últimamente ya no hay basificación, la mayoría son contratos individuales de carácter temporal. El contrato ya no te lleva a una jubilación porque ya no les conviene. ¿Qué hacen ahorita? Mejor contrato temporal, y ya no los basificó, no me obligan a tener una jubilación. O sea, ¿cómo el gobierno se está deslindando de un derecho que tenemos todos los seres humanos que le hemos dado nuestro trabajo, es más, toda nuestra vida al trabajo?»

¿Algo que quisiera agregar?

«Sí, que disculpen los inconvenientes. Nos ha ocurrido, de repente nos encontramos un bloqueo, ¿quién es? los campesinos. Nos la están aplicando. Híjole, vamos, ¿saben qué? Nos bajamos, les decimos estamos con ustedes y nos organizamos para apoyar. Solicitamos eso, su comprensión, el apoyo, que nuestra lucha es para la educación. Guerrero, Michoacán, Oaxaca, y más de 27 estados representados acá y vamos a seguir exigiendo ahora y para el futuro. Tal vez ya no estemos nosotros, pero ahí están las nuevas generaciones que siguen, y seguirán en esta lucha, entonces, sí, agradecerle que nos hagan ese favor de seguir informando de manera positiva, y usted que ya vio, que no es fácil, quién va a querer venir acá? Miren, durmiendo en el suelo, padeciendo el calor, la lluvia. Pero bueno, hoy lo estamos haciendo para las nuevas generaciones, porque, pues, yo ya tengo mis años de servicio, va terminando este ciclo. La lucha es para todas y todos los maestros. Si se gana, ganamos todos».

Recuadro 1

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[1] Data México, secretaria de Economía: https://www.economia.gob.mx/datamexico/es/profile/geo/sunuapa