Cártel de la Bata Blanca
- Carta abierta a Eugenio Derbez.
Querido Eugenio, tienes mucha razón cuando dices «Qué impotencia y que vergüenza que estemos pasando por esto, … y no se hizo nada para prevenir». También cuando afirmas: «…qué triste que se dedique más tiempo y energía en tratar de ocultar algo que en salvar una vida».
Sin embargo, el que te dediques a hacer reír, no significa que deseches de manera alegre la evidencia del saqueo sistemático y aquí sí «vil» al sistema nacional de salud que por décadas realizó el neoliberalismo. Esto no es comedia, es algo muy serio.
He sentido, como médico, una gran impotencia por más de una década, que supera a tu impotencia manifestada en el par de minutos de tu video, al ver cómo se desmantelaba paulatinamente al Sector Salud, siendo vital, como ahora a todos les queda claro, para la seguridad y soberanía nacionales.
He sentido impotencia y vergüenza al ver la impunidad en que la insaciable rapiña del Cártel de Bata Blanca dejaba en la ruina a Salud, e incluso realizaba crimen de lesa impunidad contra cerca de 500 pacientes en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.
Es posible que hayan pasado desapercibidas para ti decenas de notas periodísticas al respecto, como no pasaron desapercibidas para mí diversas actuaciones tuyas que me hicieron reír y olvidarme un poco del caos en que el prianismo llevó a México.
No creo que no hayan llegado a tus manos noticias como la siguiente: «Instituciones de salud desviaron 4,179 mdp en cinco años, alerta investigación».
Los recursos fueron desviados a través de miles de facturas falsas y de la operación de empresas fantasma, advierte un informe elaborado por Impunidad Cero y Justicia Justa.»
No necesito explicar que este robo dejó sin atención médica, sin medicamentos y sin insumos médicos a pacientes, que pertenecen a grupos vulnerables, es decir, a más de la mitad de la población mexicana que se encuentra en pobreza y pobreza extrema, y que también han reído con tu trabajo.
Este cártel dedicó su tiempo y energía en ocultar sus delitos y en privatizar el Sector Salud.
En los hospitales de alta especialidad aún están, enquistados como directivos, personajes nombrados durante el sexenio pasado, lo que dificulta el «empujar al elefante», ya cayó el primero, en el Instituto de Neurología, y la Secretaría de la Función Pública ha abierto averiguaciones sobre otros funcionarios de Salud.
Tienes razón Eugenio en lo que dices, pero equivocas totalmente la diana, y eso no es cómico. Cuando como médico ves en los ojos de tu paciente su sufrimiento, y vives y sientes con impotencia el que no pueda pagar el tratamiento médico o quirúrgico que pueda curarlo, salvar, o mejorar su calidad de vida acabas renegando de la desigualdad y de la injusticia social. No se trata de política querido Eugenio, se trata de derechos humanos, sí, de derechos humanos.
La salud no es una mercancía, es un derecho humano.
El rescate del sistema nacional de salud ha sido heroico en estos tiempos de pandemia, contra reloj. Es el intento de casi un imposible, el rescate de un desmantelado sector.
Fue un genocidio blanco, inconmensurable, realizado por sociópatas el haber dejado fuera del alcance de la gran mayoría de la población el acceso al derecho humano a la salud, eso fue vergonzoso y vil. El enriquecimiento ilícito a costa de la vida de seres humanos.
¿Te imaginas, Eugenio, qué posibilidades de combate al Covid-19 tendríamos ahora si esos más de 300 hospitales abandonados funcionaran ahora plenamente con equipamiento adecuado y con personal perfectamente equipado?.
Pero hubo que empezar bajo cero. Primero haciendo un gran esfuerzo por terminar con la corrupción también en el Sector Salud.
No voy a tocar el efecto inmunodepresor, y que sobre el deterioro a la salud mental y en otros sistemas del organismo, que causa la depresión originada por malas noticias sembradas por las fake news, conscientes o no.
Prefiero invitarte a sumar esfuerzos con nosotros para que las infamias ocurridas contra nuestros pacientes, y contra los trabajadores de salud, nunca más vuelvan a ocurrir.
Te invito, no a participar en cuestiones políticas, sino a sumar esfuerzos en la lucha por un derecho humano, el derecho a la salud.
Que la razón de nuestra sonrisa sea la salvaguarda de la vida y la salud en México.
Rodolfo Ondarza, neurocirujano.