País de salario mínimo y lucha magisterial.
Por: Andrés Peñaloza Méndez.
Son 40 millones 887 mil 307 personas ocupadas en el mercado laboral, de un total de 59 millones, que ganan hasta dos salarios mínimos, es decir cantidades insuficientes para cubrir las necesidades materiales, sociales, culturales, educativas y recreativas, de las familias proletarias.
De ellas, más de la mitad (58%) percibe ingresos de “hasta un salario mínimo”, con lo cual sólo puede satisfacer las necesidades propias y acaso de un dependiente más. El asunto se agrava, al reparar que, en este universo, unos 18 millones apenas ganan para vivir ellas mismas.
Esto con datos al primer trimestre de 2025 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, presentados el 27 de mayo.
Incluso, hay 2 millones 580 mil 961personas ocupadas sin recibir ingresos; en su inmensa mayoría en pobreza extrema. Esto es, sin garantía de disponer de los $59.92 o $79.32, costo de la canasta alimentaria estimada para marzo de 2025, en las Líneas de Pobreza Extrema por Ingreso en las zonas rural y urbana.
Además, se reportan 10 millones 103 mil 136 personas que no especifican sus ingresos pero que laboran (2 millones 244 mil 926 más que hace un año) donde un porcentaje significativo seguramente no alcanza a reunir ni los $111.68 y $156.0 pesos diarios para adquirir la canasta alimentaria y no alimentaria de la Línea de Pobreza por Ingresos en las zonas rural y urbana.
En resumen, cuatro quintas partes de la fuerza de trabajo ocupada, no cuenta con los ingresos laborales suficientes para vivir decentemente.
Por eso el 24.4% de la población ocupada (14 millones 374 mil 803) tiene que laborar más de 48 horas.
Una querida profesora jubilada, con 30 años de servicio en escuelas especiales, recibe al mes unos 21 mil pesos, logró esa cantidad por trabajar con doble plaza y; por ende, doble horario.
A la hora de votar todas son promesas, pero a la hora de cumplir todas son excusas y no hay derecho (Cantinflas)
Durante la campaña, la titular del poder ejecutivo ofreció en diversas ocasiones “echar atrás las reformas a las pensiones del periodo neoliberal de 1997 y 2007”, ahora argumenta que no hay recursos para ello.
Hemos dado cuenta en otros artículos y lo seguiremos haciendo que recursos hay de sobra. Bastaría con recuperar el manejo desde lo público y con la participación activa y transparente de las personas trabajadoras de los más de 7 billones de pesos, una quinta parte del Producto Interno Bruto (PIB), que hoy son administradas por diez instituciones financieras invirtiendo en instrumentos bursátiles y de deuda y con un alto costo para la clase trabajadora. El fracaso de este esquema de manejo privado de los fondos pensionarios es tan evidente que el Estado ha tenido que ofrecer recursos públicos para “complementar” montos de pensiones próximos al último salario recibido pues ahora las pensiones en su gran mayoría están por debajo del salario mínimo.
Recientemente en una de las mañaneras presidenciales se presumió que las pensiones al personal docente han mejorado notablemente y se ofreció continuar haciéndolo (“a la hora de votar todo son promesas, pero a la hora de cumplir todas son excusas y no hay derecho”, decía el cómico Cantiflas).
Los $18,965 pesos mensuales de pensión que prometen otorgar son superiores a las registradas en sexenios anteriores. Nominalmente resulta espectacular el aumento.[1] Pero, además de materializar la promesa, dicha pensión debería ubicarse en $30,009.13 pesos; esto de mantener la relación en múltiplos de salario mínimo, registrado en el periodo del espurio presidente Calderón de 3.5 veces el salario mínimo mensual y el monto pensionario de las maestras y maestros. Por cierto, esos $30,009.13 pesos, expresa una cantidad próxima al salario mínimo constitucional, demanda comunista apegada al mandato de la constitución.
Entre las peticiones de la Coordinadora Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación (CNTE), está el incremento al 100% del salario base, superior al 9% ofrecido hasta ahora. Esto tiene todo sentido para revertir la merma ocurrida en los años previos en términos reales a las remuneraciones del magisterio. Cabe subrayar que, el salario base, representa alrededor de dos terceras partes de las percepciones totales y constituye el referente para la determinación de las pensiones.
Fortalecer el salario base del magisterio
Acaso, un ejemplo ayude a una mejor comprensión de la viabilidad y pertinencia de la demanda de la CNTE de aumento directo al salario base.
El salario base de un docente en el sector básico en la CDMX, con doctorado, es de $5,873.77 pesos quincenales, 66% de sus percepciones totales.
Duplicar dicho monto, implicaría colocarlo en $11,747.54. Una cantidad razonable y viable para las finanzas públicas. No debe olvidarse que en este país ya se demostró que puede aplicarse un incremento del 100%; ocurrió en 2019 en los 44 municipios de la frontera norte, sin provocar trastorno alguno, sino todo lo contrario para la economía de las familias y la región.
Cabe señalar que esa cantidad aún estaría $2,568.30 pesos por debajo de los $14,315.84 pesos quincenales que debería estar recibiendo el docente de mantenerse la relación en veces salario mínimo prevaleciente en 2016 (alrededor de 3.38 veces y no como ahora de apenas 1.38).
Por cierto, la percepción recibida por este docente con doctorado es equivalente a lo otorgado a personal de apoyo y asistencia a la educación de intendencia en el Estado de México, los cuales ingresan con el bachillerato.
El rezago salarial de las y los maestros de México, deben subsanarse por el bien de la niñez y juventud de nuestro país y para avanzar en la dignificación de las pensiones y jubilaciones y eso se logrará revirtiendo la privatización en el manejo de sus ahorros y reconstruyendo un nuevo sistema nacional, único, solidario, intergeneracional y colectivo pensionario.
¡No más AFORES ni UMA`s!
¡Hasta la victoria, CNTE!
[1] El comparativo que los propagandistas muestran de los montos de pensiones otorgadas a docentes es el siguiente: Sheinbaum, $18,965; AMLO, $17,635; Peña Nieto $9,580; Fecal $6,709 y con Fox, $4,582.
SIC mx
