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¿Cuál fue la primera universidad del mundo?

Por: Andrés Peñaloza Méndez

Amartya Sen, laureado con el Nobel de economía en 1998, en Un hogar en el mundo[1], memorias escritas durante la pandemia, nos recuerda que Nalanda fue la universidad más antigua del orbe. Ubicada en el actual estado indio, Bihar y, fundada desde el siglo V; vigente hasta la última década del siglo XII, cuando diversas invasiones de ejércitos procedentes de Asia occidental, la destruyeron.

La majestuosidad de sus instalaciones se puede apreciar hoy en día en la zona arqueológica, considerada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Sen, evoca la inmensa biblioteca, un edificio de nueve plantas, repleto de manuscritos que, al momento de su destrucción, tardó tres días en arder.

Si usted pregunta a un ciudadano(a) común del primer mundo, ¿cuál es la universidad más antigua? Con seguridad, le responderán eurocéntricamente: la ubicada en Bolonia, Italia, fundada en 1088; seguida de las universidades de Paris, 1150; Oxford, 1167; Cambridge, 1209; Salamanca, 1218, entre otras.

De igual manera, si se interroga a un fifi clase mediero o burgués mexicano, seguramente, afirmará que las primeras universidades en las Américas, son Harvard (1636) o Yale (1701), en los Estados Unidos. Difícilmente, reparará que mucho antes, las primeras instituciones de educación superior se crearon en 1551 en México (Real y Pontificia Universidad de México, antecedente de la Universidad Nacional Autónoma de México) y en Perú, Universidad Nacional Mayor de San Marcos; incluso, se ha consignado que, en 1538, se fundó la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en República Dominicana.

En todo caso, la universidad de Nalanda, llevaba por más de seiscientos años, instruyendo no sólo en estudios budistas sino en una extensa gama de disciplinas: idiomas, literatura, astronomía, ciencias empíricas, arquitectura, escultura, medicina y salud pública, a cientos de miles de estudiantes de toda India y de distintos países como China, Japón y Corea y de otras naciones asiáticas con conexiones budistas. En el siglo VII se registraban diez mil estudiantes residentes (Sen, 132ss).

En 2006, APJ Abdul Kalam, presidente de la India, propuso revivir la Universidad de Nalanda. El parlamento, aprobó la Ley de la Universidad de Nalanda, y el propio Amartya (nombre sugerido por el poeta bengalí Rabindranath Tagore, premio Nobel de literatura en 1913, amigo de la familia de Sen), fue su primer rector.

Desde luego, no pocos chinos, objetaran que las universidades más antiguas del mundo fueron la Imperial durante el período Yu (2257 a.C. – 2208 a.C.), o bien, la actual Universidad de Nankín, fundada en el año 258-259.

Renacimiento cultural y educativo del Sur para un mundo multipolar

Es innegable, la impronta oriental en el origen de las universidades modernas. El legado cultural de la India y China, civilizaciones milenarias, está renaciendo al sumar la fuerza del dragón y el elefante. Aunque todavía no superan rezagos y diversas universidades británicas (y no pocas norteamericanas) sobreviven por los recursos obtenidos de miles de estudiantes indios y chinos en sus aulas.

Con seguridad, los espacios de cooperación Sur-Sur, como el mecanismo económico-comercial conocido como BRICS+, potencie la dimensión cultural y educativa de quienes los integran, entre ellos India y China, pero también Brasil, Rusia, Sudáfrica. En 2023 se incorporaron Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. Y en la XVI Cumbre en Kazán, Rusia, realizada en octubre de 2024, trece países fueron aceptados como Estados miembros asociados: Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.

En la actualidad, los BRICS+ representan alrededor del 40% del PIB y el 51% de la población mundial. Un espacio plural de corte multilateral de cooperación al que México, debería adherirse, para abonar a un mundo multipolar; oportunidad invaluable para defender la soberanía nacional y sobreponerse de la dependencia estructural con la economía estadounidense.

Con el inicio del segundo mandato de Donald Trump y su amenazante retórica y agresivas acciones contra nuestro país (y otras naciones), no bastan los llamados de serenidad ni mucho menos las anticipadas concesiones (V.gr. el mal llamado «Plan México»), sino estrategias endógenas de carácter industrial, tecnológico y comercial con articulaciones regionales (Latinoamérica, por delante) y multilaterales; equilibradas y de cooperación para el desarrollo justo y sustentable en el horizonte del buen vivir.

No debemos olvidar el augurio del libertador Simón Bolívar, cuando el 5 de agosto de 1829 escribe al encargado británico de negocios, Patricio Campbell, indicando que los “Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad”. En consecuencia, retomar el proyecto integracionista de una Patria Grande se torna crucial para hacer frente a la amenaza renovada del Destino Manifiesto del imperialismo estadounidense.

Recientemente, la revista Memoria, recuerda cuando Paul Sweezy visitó al General Lázaro Cárdenas (el testimonio del economista marxista estadounidense se publica en la revista Política en junio de 1962). Al respecto, Alonso Aguilar Monteverde, señala: “Cárdenas lo recibe, y recuerdo que a la primera pregunta acerca de cuál es a su juicio el principal problema de México, el general responde escuetamente: los Estados Unidos; lo que impresiona profundamente a Sweezy”.

Las universidades promotoras de los derechos humanos en general y laborales, en particular

Para 2024, la población mexicana entre 25-34 años con educación media-superior, representó el 27.2%; en Canadá, es el 66.9% y en Estados Unidos, el 51.2%. En Dinamarca, país que ha servido de referencia (y de chascarrillo) por compararnos en materia de salud pública, el porcentaje también es muy distante al nuestro, 49%.[2]

Si bien en los últimos años en nuestro país se han ampliado las instalaciones y la oferta en este segmento educativo (medio-superior), la precariedad en las relaciones laborales (incluso omitiéndolas, como en el caso de las universidades para el bienestar Benito Juárez -UBJ-), empobrece la formación de personas promotoras y defensoras de derechos humanos (desde las libertades básicas hasta los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales derechos; así como, los laborales).

Por un salario y condiciones laborales dignas en instituciones de educación media y superior

Por lo anteriormente expuesto, es significativo el llamado a unificar acciones hecho por 22 sindicatos de la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios, de Educación Superior, Investigación y Cultura (CNSUESIC), ojalá se sumaran muchos más sindicatos o grupos de trabajadores/as laborando en los tecnológicos, centros y universidades interculturales, UBJ y Rosario Castellanos, con el propósito de prorrogar sus emplazamientos a huelga para el 18 de marzo o emplazar por violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) o por demanda de incremento salarial de emergencia para la misma fecha. Participar en la Marcha Unitaria del 31 de enero, en coordinación con la Unión Nacional de Trabajadores (UNT); con el Frente Amplio Social y Unitario (FASU) y el Encuentro Nacional de Dirigentes, FASU-ENADI. Destacaron que luego de la marcha del 1o de Mayo, la del 31 de enero es la segunda más importante de la clase trabajadora en el país.

El 31 de octubre de 2024, se informó que el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), aceptó un aumento salarial de 4% directo y 2% en prestaciones, los cuales estarán vigentes del 1 de noviembre de 2024 al 31 de octubre de 2025. También se firmaron los resultados de la revisión integral del CCT que regirá durante el periodo 2024-2026. Este aumento, debajo de las demandas de alza salarial, en el rango del 7 al 30%, justificado para recuperar al menos una parte del poder adquisitivo y mejorar las funciones sustantivas.

Además de rechazar la ola de despidos injustificados en diversas instituciones denunciaron, respecto al Presupuesto de Egresos de la Federación 2025, aprobado por la Cámara de Diputados, la reducción de las asignaciones, lo que pone en riesgo no solo los salarios del personal, sino las propias actividades sustantivas y cuestionaron la continuidad de políticas neoliberales de agresión contra el carácter público de las instituciones de educación, investigación y cultura.

Como parte de sus actividades conjuntas, se participará en los próximos días en distintos foros, tales como el de «La lucha sindical de los trabajadores de la Educación Media y Superior» convocado por el Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México (SUTIEMS); el Foro «Salario, Presupuesto y Becas y Estímulos» convocado por el Sindicato Independiente de Trabajadores la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM); y el Foro «El IMTA para la seguridad hídrica de México» organizado por el Sindicato de Trabajadores del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (SITIMTA).

En estos tiempos de hueros llamados patrioteros, polkos y de liberales que amanecen conservadores (y viceversa), habría que tener presente que la defensa de la soberanía nacional pasa necesariamente con el respeto y defensa de los derechos laborales del proletariado mexicano.


[1] Sen, Amartya. Un hogar en el mundo. Taurus, España, 2021.

[2] Fuente: https://www.oecd.org/en/data/indicators/population-with-tertiary-education.html?oecdcontrol-00b22b2429-var3=2024 (consulta 22 de enero de 2025)

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