Alejandro Encinas y Citlalli Hernández ¿La esperanza de morena?
Muy en contra de lo que ha expresado mediáticamente el Presidente de la bancada de morena en San Lázaro, la apertura de la encuesta para elegir en morena a su dirigencia nacional se ha convertido en un verdadero agravio y un atentado contra la vida interna de nuestro partido. Siendo el INE el órgano al que el Tribunal mandató para realizar dicha encuesta y quien tiene como presidente a Lorenzo Córdova, que en más de una ocasión ha demostrado que lo que menos le importa es la democracia, personajes como el Presidente de la bancada, el suplente del Senador Ricardo Monreal, diputadas y diputados federales celebraron la acción.
Pese a lo catastrófico que puede ser para el partido que fundó Andrés Manuel López Obrador con apoyo de miles de ciudadanos, se han escuchado algunos nombres que devuelven la esperanza al movimiento de regeneración nacional: por una parte se escucha el nombre de la joven senadora Citlalli Hernández quien desde el inicio de su carrera política se ha manifestado desde la base del movimiento social, haciendo valer la voz de miles de morenistas en los cargos de elección popular en los que ha transitado y cuenta con un respaldo inigualable dentro de las juventudes de este partido y claro, también los no tan jóvenes. El segundo nombre que suena es el de Alejandro Encinas, hombre de izquierda de toda la vida, congruente con las luchas sociales y quien ha desempeñado en el tránsito de su vida los cargos que se le han conferido de manera congruente, responsable, honesta y sobre todo con una calidad humana que, en política es difícil encontrar.
Alejandro Encinas, quien fuera suplente de Demetrio Vallejo en el año 1985 y hoy encargado de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la secretaría de Gobernación a cargo de la Dra. Olga Sánchez Cordero, se le encomendó uno de los temas más difíciles por no decir que el más complejo y delicado de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el caso de los 43 desaparecidos en Iguala Guerrero, Ayotzinapa.
Con la responsabilidad que implica que uno de los hombres más completos y respetables de la izquierda mexicana, encabece tan loable labor no está por encima encaminarse a dirigir el partido más grande de México en este momento, pues está en el interior del partido la posibilidad de continuidad y solidificación de la cuarta transformación. No existe perfil alguno que pueda competir con Alejandro Encinas.
Después de la parálisis y las acusaciones al interior que pesan sobre la figura de Yeidckol Polevnsky, el partido se encuentra nublado por el hueco de liderazgo moral que dejó Andrés Manuel López Obrador. Con la figura de Alfonso Ramírez Cuellar la esperanza de volver a tener un partido organizado se acrecentaba sin embargo en una vil decapitación, el tribunal mandató que el INE decidiera a través de su metodología el rumbo de nuestro partido, deteniendo los trabajos que tenía adelantados Ramírez Cuellar. Ante ese escenario que dejaba a la militancia en un abismo de incertidumbre, emerge como un brillo cegador el nombre de Alejandro Encinas, quien en su tránsito por la SEGOB denunció que se encontraron 3978 fosas clandestinas de los cuales se han exhumado 6625 cuerpos, tan solo desde el año 2006 en el sexenio de Felipe Calderón.
Hace escasos minutos, Alejandro Encinas comunicó en su cuenta de Twitter su compromiso con el Gobierno de México y la defensa de los derechos humanos, la militancia no quita el dedo del renglón teniendo la esperanza que pudiese contender por la dirigencia nacional del movimiento.
No obstante, en el mismo mensaje de Twitter escrito por Encinas, la Senadora Citlalli Hernández refiere que sería un gran Presidente, a lo que un twittero no pierde el tiempo para referir a la Senadora que ella sería muy buena dirigente. ¿Será?
Por el momento no nos queda más que esperar que el INE concluya lo que el TRIFE comenzó, en la lista de aspirantes resaltan los nombres de Bertha Luján, Citlalli Hernández, Alejandro Encinas y Alfonso Ramírez Cuellar, todos con mucho que aportar a la transformación de este país.
Por Alberto Jurado