El concepto de “UNIDAD” en morena como reflejo de lo caduco. El concepto “CONJUNTO” como alternativa.
Por: Alberto Jurado
Existe una característica primordial de una democracia, existe porque la realidad tiene diferentes versiones, por supuesto me refiero a una realidad en un sentido fenoménico, no nouménico. Las revoluciones desde lo conceptual sugieren una vuelta, un cambio, una diferencia con lo que hasta hoy permanece. Por supuesto para que existan cambios o se aspire a transitar hacia algo diferente significa que lo actual ya no cumple con requisitos temporales de permanencia, en el ámbito político todo se vuelve aún más complejo y más estando inmersos en lo económico.
Lo que suponía un triunfo para morena, también se convirtió en su mayor riesgo. Para el año 2018 el movimiento se vio en la necesidad de no abrir el proceso de afiliación ante el interés de miles de mexicanos que vieron en morena el único barco que seguía flotando y ante el hundimiento de los partidos que flotaban en el espectro de nuestra fracturada democracia. El color del barco no importaba, morena fue el primer barco que sobrevivió y los que no eran los capitanes de los barcos que se hundían vieron como su modus vivendi podía continuar sí saltaban hacia lo que morena representaba sin importar lo que fuese, después del 2018, esa era la única forma de sobrevivir. El poder político se reconfiguró, nuevos actores políticos derivado de la voluntad popular pasaron de ser dirigentes de un movimiento a convertirse en hombres y mujeres de Estado, un Estado más poderoso del que haya sido construido por la “democracia” en tiempos pasados en nuestro país.
Un partido político en nuestro país es un instrumento para la democratización y es en sí mismo en sentido redundante parte de la misma. Una democracia sugiere que una realidad tiene diversas interpretaciones, los partidos políticos se forman con personas que prácticamente coinciden en la idea de los iniciadores del partido o de los primeros que vieron en su idea una plataforma coincidente con una parte de la masa ciudadana que representa una sociedad, por supuesto no en un sentido absoluto ni general, más bien particular que se manifiesta en la visión de lo público.
Lo público como espacio en el que orbita todo posee una cualidad, les pertenece a todos y a nadie en particular, así es como un partido al ser parte de lo público es evidente que a nadie le pertenece y por lo mismo, la participación en éste no es intrínseca a un compromiso con los principios. Con la máxima de su creación y de los principios que adoptó en su emergencia, la participación activa al interior sugiere un imperativo hacía el principio adoptado, sugiere un ejercicio de la libertad hacía la voluntad de consolidación de las máximas del movimiento y no siempre es así.
Los procesos democráticos sugieren pluralidad en sí, morena tendrá próximo presidente o presidenta a través de un proceso en el que las y los militantes decidirán por medio del voto quien tendrá la representatividad para tomar las decisiones de ese pedazo de lo público dentro de sus delimitadas acciones de participación para con una sociedad. Por eso es pertinente repensar lo cotidiano, más en su discurso y los alcances del mismo.
La unidad como concepto sugiere algo único e indivisible. Hablar de unidad en tiempos democráticos sugiere indivisibilidad, fundamentalismo y riesgo, no acepta la posibilidad de “lo otro”, la unidad significaría el todo y en un sentido romántico sugiere una identidad conformada por varias ideas que se acoplan como una homogeneidad pero; he ahí el punto de quiebre de nuestro incipiente movimiento: la posibilidad de “lo otro” también nos indica que la otra idea contrastada con la nuestra es igual de valida por lo menos en un ámbito de superficialidad más no argumentativo en la idea en sí misma, la “otra” idea representa para la unidad un retroceso a nuestro movimiento, pues a diferencia de la originalidad en el la primicia ¿La idea misma de unidad es la que representa lo caduco? En el mundo de las ideas es imposible saberlo, tenemos en sentido estricto debatirlo y discutirlo en el mundo de las cosas, en ese sentido, esperar la cosificación de la idea para poder emitir juicios “precisos”, claro, con base en la idea del significado del dato o lo que es lo mismo, a posteriori.
El conjunto como concepto, comparable con las definiciones de otras palabras, por ejemplo: con-tigo, con-migo, con-yuge, con-cubino nos sugiere una aproximación hacía el otro u otra más allá de una unión numérica que carece de fines y sólo es en un sentido ejemplificativo, sugiere coordinación, entendimiento y sobre todo objetivos, por lo tanto, ante las complicaciones de las adhesiones y el fenómeno del ejercicio del poder, la unidad sobra y lo que cobra fuerza y relevancia es el conjunto.
Continuará…