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EL GOLPE DE ESTADO EN MÉXICO: UNA POSIBILIDAD LATENTE

Por: Avse Fernando Flores

Querétaro, Qro., a 21 de noviembre de 2019

  • “Mientras que a los gobiernos de derecha se les criticaba no haber hecho nada, a los gobiernos de izquierda se les critica no haber hecho todo…”

Fueron una de las frases más contundentes vertidas por el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, durante una reunión frente a ciudadanos en el Museo de la Ciudad de México el pasado 6 de noviembre. Entre saludos y agradecimientos de varios connacionales de Correa y ciudadanos mexicanos que se dieron cita en el recinto histórico, ahí el expresidente fue describiendo la situación social y política que actualmente vive América Latina (aún no se daba el golpe de Estado contra Evo Morales). Se habló sobre el proceso seguido a partir de los años 90’s donde la mayoría de los países de habla hispana tenían finalmente un gobierno catalogado como de izquierda, situación que le dio un gran dinamismo económico y de cooperación a toda la región, especialmente a partir de la llegada del gobierno de Hugo Chávez.

Por primera vez se conformaron organismos internacionales que beneficiaban a los países latinoamericanos como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) o la misma Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a diferencia de la Organización de los Estados Americanos (OEA) o la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) que responden a los claros intereses de los EUA y el Fondo Monetario Internacional (FMI) O el Banco Mundial (BM) que mandatan aún mas que los gobiernos de las naciones más poderosas.

En esta etapa del auge de la izquierda en Latinoamérica, se comenzaron a implementar nuevas medidas políticas con una visión social distinta a las llevadas a cabo en las últimas décadas de neoliberalismo rampante, se privilegió a los grupos más desprotegidos en cuanto a programas de gobierno y a retomar una actitud no represiva y sí de diálogo frente a los movimientos sociales. Durante un lapso de poco más de 10 años, millones de personas dejaron la pobreza extrema y los países comenzaron a duplicar su economía como es el caso de Ecuador o aumentar su crecimiento de manera sorprendente como fue el caso de Bolivia y Uruguay.

Foto: Archivo

A pesar de este lapso de bonanza, las élites económicas que durante todo el siglo XX dominaron países completos o siendo aliadas de las dictaduras militares que dejaron miles de muertos y desaparecidos, muy a pesar de ser también beneficiadas de la bonanza económica de los gobiernos de izquierda, se reagruparon para planear una nueva forma de volver al poder. No contentas, como es costumbre, las clases privilegiada nunca aceptaron su derrota en las urnas y buscaron por todos los medios bajar a los gobiernos progresista, dado el descrédito casi unánime de los golpes militares, y según lo dicho por el propio Rafael Correa, donde coincido plenamente, la estrategia de hacerse del poder es distintita,  ahora se privilegian lo llamados golpes blandos y la “lawfare”, el uso de la persecución judicial contra los lideres y expresidentes de izquierda, utilizando todo un aparato propagandístico con el uso de medios de comunicación masivos que siempre o casi siempre permanecieron bajo el control de los grandes intereses económicos. De esta manera lograron recuperar los gobiernos de Argentina, Ecuador, y recientemente a Bolivia mediante una “pequeña ayuda” del ejercito y la policía, todo ello bajo la estricta mirada de los EUA a través de la OEA. Lo cual representa una regresión y duro golpe a los derechos ganados por la población y una agresión evidente a la organización popular, las marchas masivas y reclamos que hoy vemos en los distintos países latinoamericanos son clara muestra de ello, la derecha miope como siempre y sin ninguna calidad moral, culpan a Venezuela y Cuba de tener espías y saboteadores.

El mismo cuento al viejo estilo de la guerra fría que ya casi nadie cree, por eso el uso de los medios de comunicación han intensificado las campañas contra todos los gobiernos de izquierda, aunque caigan en descrédito inmediatamente, incluso, en niveles patéticos como cuando la reacción crítico que Evo Morales tenía una cama con un colchón “muy cómodo” y dos mesas en un cuarto muy amplio.

Foto: Archivo

México hoy es referente de la verdadera democracia en América Latina dada la contundencia de los resultados de la elección presidencial de 2018, pero sufre ya, el embate de la derecha opositora y sus medios,  a 11 meses de iniciado el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el golpeteo político de la oposición es constante y variado, un día sí y el otro también reniegan de todas las acciones y programas del actual gobierno, surgen cada hora miles de fake news que son distribuidas sin pudor ya sea por cuentas falsas en redes sociales, diarios de circulación nacional o hasta gobernadores, eso sí, ellos muy reales. Tarea es de todos los ciudadanos exigirles una mejor manera de hacer política a todos nuestros representantes populares y sobre todo, exigir el derecho a estar bien informados con datos objetivos.

La pregunta es ¿Quién protege nuestro derecho a recibir información confiable y no el cumulo de “fake news” y editoriales, obviamente a favor de grupos de interés? La respuesta tal vez tarde, pero lo que es innegable de hacer, es organizarnos como una verdadera sociedad crítica sobre lo que vemos y recibimos en medios ya sea a través de círculos de estudio como lo promueven algunos partidos de izquierda en México, así como intensificar nuestra participación en la democratización de sindicatos, comités de padres de familia etc. Esto por nombrar solo algunas ideas en un mundo de grandes retos y ante los golpes de estado “blandos”.

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